Esa bolita que CRECE

bolita crece
“¿Y esta bolita que crece?” -dije con preocupación el primer día que la noté.

¿Cómo continúa esta historia? Todo depende de tus siguientes decisiones y el tiempo que te tomen.

MVZ Ana Paola Velasco Espinosa, MVZ Lorena Villafuerte García

Nada nos hace más feliz que acariciar a nuestra mascota y es probablemente una de las razones primarias por las que los queremos en casa, cerquita, y los extrañamos cuando pasan tiempo lejos. Esto no sólo es bueno para ti, sino que puede funcionar como una terapia de detección temprana, pues justo en esos momentos de “sobadas” extremas, podemos encontrar algún una bolita que crece en su piel.

Desde luego, el Médico Veterinario también podría sentir algo anormal cuando los llevamos a revisión médica y nos lo hará saber, pero ¿es un asunto de urgencia? La respuesta es clara, sin asustarse de más, pero sí, pues cuando hablamos de “bolita que crece” el tiempo es crucial.

¿Qué es esa bolita?

Existen muchos motivos por los cuales la piel puede abultarse, desde un simple piquete de insecto o una verruga, hasta una acumulación de pus o una masa.

Pero el origen de una bolita que crece no puede definirse sin una correcta revisión médica. Los profesionales en la salud de nuestras mascotas pueden realizar un examen físico general completo y observar de forma detenida la zona en la que se encuentra el crecimiento.

A partir de ese punto, existirá un sinnúmero de pasos posibles a seguir, que pueden ir desde realizar un ligero raspado de piel, hasta procedimientos que necesitan una ligera sedación como realizar una pequeña punción o tomar una muestra pequeña del tejido, procedimiento que se conoce como biopsia.

Ante todo, es importante hacer lo que sugiera el Médico a la brevedad, porque tener un diagnóstico sobre qué tejido o líquido compone esa masa definirá las opciones de tratamiento, pero más importante aún, la prospectiva de nuestra mascota.

¿Qué es lo mejor que se puede hacer?

Si es una bolita que crece lo más probable es que el médico sugiera retirarla y lo ideal sería quitar una cantidad importante de tejido alrededor para evitar que crezca de nuevo, dependiendo, claro, de la zona en que se encuentre y si el tejido tiene las condiciones.

Este tejido debe enviarse a análisis al laboratorio donde puedan indicar si es de naturaleza benigna o maligna, y eso ayudará a tener certidumbre en las distintas opciones de tratamiento que podrían incluir quimioterapia o radioterapia, pero en muchos casos de masas benignas, puede no ser necesario nada más.

 No existen “trucos” seguros para saber la naturaleza de una bolita que crece desde afuera. Se mueva o no, cause dolor o no, puede ser de naturaleza benigna, o más preocupante. No busques consejos de internet para evitar el análisis.

¿Y si llegara a tratarse de un caso más complejo?

No hay que rendirse. Existen médicos especialistas en oncología que podrán atender de forma detallada este tipo de casos.

Debemos recordar que algunos crecimientos, en particular los malignos, pueden multiplicarse en distintas partes y órganos del cuerpo, en particular en los sitios más irrigados, por lo que siempre es recomendable retirarlos lo antes posible, pero además, se deben realizar estudios complementarios para saber si esta bolita que crece ya invadió otras estructuras. Algunos de los estudios sugeridos son: pruebas de laboratorio, radiografías, ultrasonido, resonancia magnética o tomografía axial computarizada.

En estos casos lo importante es perder el miedo, si la bolita se atiende muy a tiempo, las posibilidades de que sea tratamiento más sencillo y con éxito, son mucho más altas, y la prospectiva de vida de nuestros animales y por tanto, el tiempo que pasamos con ellos, aumentarán considerablemente.

Signos de alarma en la oncología veterinaria.

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