Humanización en mascotas

Humanización
Toda revolución conceptual necesita tiempo. Convertir a nuestros animales en familia, ha provocado polémicas y discusiones que aún vamos aclarando.

Paco Colmenares, Director Editorial

Una de esas discusiones muy nuevas tiene que ver con la “humanización”, un concepto tan difuso que hasta la palabra es mal usada (acaso serviría apelar a la antropomorfización), y en otros lados, como por ejemplo en Estados Unidos, humanisation es un concepto muy positivo.

¿Qué dicen que es humanización? Es algo así como “provocar conductas propias de un humano, a un perro, gato u otro animal que les estorben, afecten o alteren sus conductas necesarias naturales”.

Sin embargo, la línea entre la humanización positiva y lo que antropomorfiza, es muy delgada, y básicamente toda la industria creciente de mascotas camina sobre esa línea.

Entonces, ¿qué sí y qué no?

Los juguetes y accesorios para enriquecimiento compensan actividades entretenidas. ¿Un perro con lanzadores de pelota automáticas está bien, pero un gato con una Tablet no?

La ropa aparece en casos funcionales para poder llevar animales a lugares que naturalmente no soportarían, o manejarlos con mayor facilidad.

¿Por qué medicamos para cuidar sus articulaciones, pero impedimos que se suban al sillón, más cómodo, si su vejez es cada vez más larga?

En realidad, la línea de humanización que se debe de cuidar siempre es la del bienestar de nuestro animal, y nunca un gusto personal debe estar por encima.

¿Festejar un cumpleaños con pastel y regalos es malo? Revisa que los ingredientes sean aptos para el animal en cuestión, que las envolturas de regalo no sean riesgosas, que realmente disfrute la presencia de la gente y otros perros.

¿Comprarle ropa está mal? Si la ropa le causa más calor, si los adornos tienen riesgo de ser arrancados y tragados, si se puede atorar con algo mientras no estás, sí.  ¿Vas a supervisar sus reacciones cuando las tenga puestas? Adelante.

Evita generalizar

Para todo debemos recordar que los animales son individuos, es decir, cada decisión que tomes no debe ser en función de lo que leas sobre los perros o los gatos, sino sobre las condiciones de TU perro, de TU gato.

Recuerda: No todos disfrutan lo mismo, no todos se ven afectados igual, no todos corren el mismo riesgo, ni obtienen el mismo beneficio.

“¡Ese gato no es un bebé!” -El que no soporta una carriola

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