Humanización: carriolas

Paco Colmenares, Director Editorial

Conforme los animales se han visto más y más como miembros de familia, ha sido normal, hasta esperado, que, en nuestro afán por quererlos, protegerlos y consentirlos, corramos el riesgo de exagerar un poco, y quienes no lo ven así, apelan a argumentos válidos en algunas circunstancias, pero demasiados técnicos en otras. Este fenómeno es la Discusión por la Humanización.

Las carriolas son un buen ejemplo. Hay tipos de personas que por sus características pueden usar algo similar (una silla de ruedas es básicamente una carriola sin techo), y algunos animales, como gatos viejitos, o cachorros con el sistema inmune comprometido, entran en este rubro.

No poder desplazarte con total libertad, o necesitar protección extra, no debe ser impedimento para salir a conocer lugares, disfrutar el sol y el aire libre. Si las carriolas solventan algún obstáculo, son una herramienta valiosa.

La conclusión debe ser siempre: analizar el caso en individual, y no satanizar generalizando. Y claro, como todo, si se usa sólo por moda sin comprender las necesidades de nuestros animales, entonces van a causar perjuicios, y beneficiar en nada.

Comprende más la Humanización.

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