Síndrome del gato gruñón

Síndrome del gato gruñón
Los gatos tienen un universo aparte. Se asean el cuerpo con su propia lengua, logrando increíbles posturas que son dignas de un gimnasta profesional; escalan a través de las repisas de los libreros y dominan las alturas con apenas tres saltos ágiles. Es cierto, son una especie fascinante, pero también pueden ser un tanto refunfuñones.

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A este comportamiento se le llama el síndrome del gato gruñón. Una parte de su fama –de ser independientes, a veces poco afectivos, incluso malhumorados– se asocia a ello.

Los gatos conservan una memoria genética. Pese a que se han adaptado a la vida humana, su instinto no deja de tomar como punto referencia al pasado. Hace miles se enfrentaban a otros animales e incluso a las condiciones del planeta. En otras palabras, el instinto primitivo de tu gato es un factor que prevalece en ciertas situaciones, como querer ir tras de una presa.  

Eso significa que, si bien son mascotas inteligentes, el gato podría estar respondiendo de una manera que lo haga parecer insoportable, agresivo o un gato gruñón, ante ciertos estímulos a los que usualmente acceden con facilidad –acariciarlos, por ejemplo–. Claro, si un gato gruñón bufa o lanza un zarpazo a sus compañeros humanos o incluso a otros gatos, no está dando los buenos días. Hay algo que lo estresa, que lo hace enojar y decir: no, no voy a permitir esto.

Un alimento Premium o Super Premiun puede ser la respuesta a esos momentos en que el gato gruñón parece agobiado. Al generar un estímulo positivo a través de la comida, la relación con su familia humana tendrá cambios benéficos. De lo que se trata es de garantizar el bienestar de las mascotas, hacer más confortable su mundo.

Una mascota sana es una mascota feliz.

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