La llegada de un segundo gato a la casa.
MVZ Dra. Claudia Edwards, Humane Society International México – Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia UNAM
Los gatos pueden llegar a desarrollar lazos extremadamente fuertes y profundos, por ello hay en la web tantos videos de varios gatos jugando, cuidándose o durmiendo juntos.
Para lograr lazos sólidos los animales deben ser presentados en sus respectivas etapas de socialización, que en los gatos va de la segunda a la séptima u octava semana de edad. ¿Pero qué pasa si se tienen animales adultos que no se conocían y queremos que vivan juntos sin peligro? Para ello debemos hacer un trabajo conductual, que aprendan a tolerarse, a aceptar el olor del otro, y que lo vean como uno más de su grupo social.
Aumenta la cantidad de recursos: rascaderos, areneros, camas, fuentes de alimento e hidratación.
Para comenzar debes saber que está prohibido:
- Dejarlos pelear.
- Forzarlos a “ser amigos”.
- Regañar a uno por “portarse mal” con el nuevo amigo.
- Dejarlos solos antes de estar seguros que no hay problemas.
Cuando llegue el nuevo inquilino, mantenlos separados. Crea un cuarto de transición para el gato nuevo. Dicha área debe ser segura y tener todo lo que pueda necesitar el nuevo gato: comida, agua, arenero, lugares para esconderse, postes para arañar, juguetes.
Elige una toalla en común con la cual acariciarás a ambos gatos todos los días para facilitar la transferencia de olor. Cuando el nuevo gato parezca establecido confortablemente en el cuarto de transición, empieza a rotar los cuartos designados para cada uno.
Concéntrate en frotar la toalla en la mejilla, barbilla y base de la cola.
Desensibilización sistemática
Ahora sí, vas a empezar con introducciones visuales muy cortas. Ambos gatos deben estar contenidos de alguna forma (en jaulas, con arneses, detrás de puertas con ventanas) para que no puedan tener contacto físico, pero sí visual.
La fórmula es sencilla: Premia la relajación, aléjate si hay tensión.
Realiza esta actividad dos o tres veces diariamente hasta que se vean relajados y no haya posturas agresivas. Con repeticiones exitosas, los periodos de interacción se pueden incrementar poco a poco en duración y la supervisión humana, reducir gradualmente hasta que ambos gatos vivan en armonía.
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