Atún y sardinas, ¿saludables para los mininos?

Edgar Islas/Facebook: gentedegatos

Desde niño tengo presentes las imágenes de cuadros o antiguos carteles que mostraban a gatos fascinados con la idea de degustar un rico pescado. Tal vez por esas mismas imágenes que se repetían en caricaturas y películas, es que se tiene la impresión de que lo más apetitoso para un felino, sean los alimentos que provienen del mar.

Sin duda, entre los más populares están las sardinas y el atún, pero, ¿son saludables para nuestros pequeños?

¿Son buenos o malos para mi gato?

Mmm, la respuesta no es tan sencilla… Para profundizar, primero hablaré de los aspectos positivos, pero también de aquellos que debes de considerar antes de tomar la decisión de ofrecerles dichos alimentos, aunque además mencionaré algunas particularidades de cada uno.

Sardinas

Debes saber que el nombre “sardina” se emplea para distinguir a un amplio número de familias de peces emparentados con los arenques y las anchoas, por lo cual encontrarás variaciones en sus tamaños y formas al adquirirlas. 

Lo importante es que sí son buenas para los gatos, aunque al igual que cualquier otro pez, no forma parte natural de sus dietas. Nutrimentalmente, son una fuente de proteínas de alta calidad, grasas (incluidos los ácidos grasos omega 3), vitaminas D, B2, B3, B12, colina, así como selenio, calcio, potasio, zinc, fósforo, yodo, cobre, magnesio, entre otros minerales.

Si bien son muy nutritivas, se sugiere que su consumo sea moderado, y dárselas como una pequeña porción de su dieta o como un refrigerio. Esto es, una o máximo dos veces por semana, y además deben sustituir otras formas de premios o recompensas, pues al ser un alimento completo, podrías estarle brindando más energía de la requerida y promover el sobrepeso o la obesidad de tu minino.

Como mencioné, no deben considerarse como su única opción de dieta, pues carecen de algunos nutrientes indispensables para tu gatuno, y podría generarle los siguientes problemas:

  • Riesgo de envenenamiento por mercurio (no tan alto como con el atún, ya que las sardinas tienen un nivel más bajo).
  • Ocasionar deficiencias de vitaminas, ya que son ricas en ácidos grasos poliinsaturados.
  • Y ojo, al ser alimentos grasosos, pueden producir aumento de peso.

¿Crudas, cocidas o enlatadas?

Y contrario a los dibujos animados, ¡nunca debes darle pescado crudo a tu michi! Además del riesgo de bacterias peligrosas y la rápida descomposición de las grasas que contiene, posee además enzimas que degradan la tiamina (vitamina B1). Esto puede conducir a síntomas de su deficiencia, que incluyen pérdida del apetito, babeo, letargo, así como signos neurológicos: ventroflexión, falta de coordinación, caminar en círculos, pupilas dilatadas, convulsiones, entre otros.

¿Y enlatadas?

Las sardinas enlatadas comúnmente vienen en aceite, salmuera, o agua. Algunos de los aceites populares utilizados incluyen el de girasol, de oliva y de soya.

Es preferible escojas aquellas que vienen en agua y sin sal; las variedades en aceite pueden ser alimentos muy altos en energía, que en ocasiones provocan diarreas mecánicas y es seguro le engorden en un corto plazo. ¡Tampoco le des las presentaciones ahumadas!, contienen elevadas cantidades de sodio.

Atún

Es seguro para los gatos si se ofrece de vez en cuando como un premio, pero nunca debe reemplazar su dieta balanceada. Si bien proporciona proteína de buena calidad y ácidos omega 3, no contiene otras vitaminas y nutrientes necesarios.

En tal caso, la opción más segura es proporcionarles atún 100 % natural. Si planeas ofrecer a tu gato atún de lata, asegúrate que sea en agua, deshuesado y no en aceite. En caso de tener a la mano atún fresco, verifica que esté deshuesado y sin sazonar, ya que hay ciertas especias que pueden serle tóxicas.

Algunos problemas por la alimentación con atún:

  • Adicción al atún: su olor y sabor pueden provocar que se niegue a comer cualquier otro alimento.
  • No tiene todas las vitaminas y nutrientes que necesitan: pueden sufrir deficiencia de vitamina E, por ejemplo, que puede causar la enfermedad de la grasa amarilla, una condición que causa inflamación y daño a los tejidos debajo de la piel.
  • Envenenamiento por mercurio: contiene pequeñas cantidades de este compuesto.
  • Alergias: algunos michis son, de hecho, alérgicos al atún. Si tu veterinario dice que está bien que le des al tuyo, comienza con una cantidad muy pequeña y verifica si hay inflamación, tos, estornudos, comezón u otros signos de una reacción alérgica. En ese caso, ¡no se lo vuelvas a ofrecer!

En resumen, ambos ingredientes son de alto valor nutrimental y además los gatos disfrutan de ellos, sin embargo, no olvides seguir estas recomendaciones y si se los llegas a dar, debe ser principalmente como complemento alimenticio de su dieta y nunca como un sustituto de un alimento completo y balanceado.

Si tienes dudas, consulta con tu Médico Veterinario de confianza, eso siempre será esencial.

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