La ayuda de una mascota en el trastorno post traumático

Una terapia eficiente y funcional, será mejor gracias al apoyo emocional que nuestras mascotas nos pueden dar.

Psic. Fraga Ostos

Existen grandes beneficios de tener un peludo cerca de nosotros, y más cuando vivimos un evento de gran impacto en nuestra vida: la muerte de alguien cercano, una pérdida inesperada, desastres naturales o accidentes; todas esas situaciones nos generan secuelas como el TEPT o Trastorno de Estrés Postraumático.

Por esto, es importante definir qué es un evento traumático y enfocarnos en qué forma nuestros animales queridos nos pueden ayudar a obtener una estabilidad cuando la ansiedad, el miedo, el estrés, la depresión y/o la incertidumbre se apoderan de nosotros, logrando transitar y sanar esa situación.

Una terrible experiencia

Un evento traumático es una experiencia que irrumpe en nuestra vida de forma agresiva y dolorosa, a veces inesperada y repentina, la cual nos puede generar secuelas. Estas pueden quedarse por el resto de nuestra vida si no las trabajamos a nivel emocional con terapia psicológica.

Existen varias reacciones y sensaciones debido al trauma, como por ejemplo miedo, insomnio, nerviosismo, enfado, culpa, desorientación, angustia, tristeza, estrés, entre otros. A medida que la persona se vaya recuperando de esta situación (con ayuda profesional), puede que estas sensaciones disminuyan y en muchos casos recomiendo tener contenciones emocionales, como una mascota, para que el proceso sea más llevadero. Las sensaciones posteriores a un evento traumático pueden ser:

  • Recordar constantemente la experiencia
  • Pesadillas
  • Flashbacks
  • Taquicardia, dolor en el pecho, falta de aire

El beneficio de las mascotas en la salud

Está demostrado científicamente, que las personas que tienen animales de compañía, tienden a mantener menor presión arterial y son menos propensas a desarrollar cardiopatías. Sólo jugar con ellos aumenta los niveles de las sustancias químicas cerebrales que nos hacen sentir bien, como la oxitocina y la dopamina, lo que genera sentimientos positivos y de unión tanto para la persona como para su mascota.

Ellos ayudan a sus humanos a desarrollar conexiones más profundas y hasta pueden salvarnos de nosotros mismos.

Un perro puede oler las diferencias en nuestra química, cuando estamos estresados o enfermos, así es como pueden rastrear a una persona que se pierde en el bosque a kilómetros de distancia. Gracias al “sexto sentido” de los perros para detectar el peligro, los propietarios que sufren algún trastorno de estrés postraumático suelen ser capaces de relajarse si sus perros están cerca.

Existen dos categorías para distinguir el tipo de ayuda que un animalito nos puede dar: los perros de servicio, entrenados para realizar tareas específicas para una persona que no puede hacerlo debido a una discapacidad física y los perros de asistencia emocional, los que ayudan a las personas a sentirse mejor con su compañía, frenan y disminuyen ataques de pánico, ansiedad o fobia social.

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