Los 10 mandamientos para ser un tutor responsable

Humberto Morales Castro-Hospital Veterinario Peques

Si piensas en “mandamientos”, seguro vienen a tu mente los consejos religiosos que han marcado a generaciones sobre cómo debe actuar un individuo. Esto ha sido imitado y migrado a muchas áreas para establecer una guía sobre lo que debemos hacer, y por supuesto, aplica a nuestras mascotas. 

Aun y cuando todavía estamos lejos de ponernos de acuerdo en cuáles conceptos deben de ser incluidos en este decálogo, nos dimos a la tarea de seleccionar algunos puntos para que tengan el mejor trato posible. ¿Tú qué opinas?

ESTA ES NUESTRA PROPUESTA DE MANDAMIENTOS

1. Respetarlo. Es un ser que siente hambre, calor, frío, dolor, miedo y estrés, y debes estar consciente de ello. Todos tienen la capacidad de sentir, no importa si es un pequeño pez, y debes evitar a toda costa que sufra o pase un mal rato. 

2. Darle un hogar acorde a su naturaleza. Cada mascota requiere un hábitat específico que le permita vivir con tranquilidad y sin estrés, desde el espacio mínimo donde esté protegido de la intemperie, hasta lo necesario para desarrollar su vida lo más cercano a como lo haría en su hábitat. Si es un gato o un perro, su entorno está íntimamente unido al hogar donde creció y convive con sus humanos, por eso jamás debes dejarlos relegados en un patio o azotea.

3. Brindarle comida y agua limpia. Debes darle los requerimientos necesarios para su desarrollo adecuado, alimento acorde a su especie, raza, edad y condición física, incluso en caso de enfermedad. No le des de comer cualquier cosa por salir del paso y lava sus trastes como harías con los tuyos. Y jamás debe faltarle agua limpia y fresca a libre acceso. 

4. Prevenir que enferme. La desparasitación y la vacunación deberían ser un requisito de por vida, ya que mantienen su estado de salud óptimo y evitan que enferme o muera por enfermedades que tienen cura si se previenen. 

5. Atención médica de calidad. Todo ser vivo enferma, es una realidad. La recuperación depende mucho de la atención rápida y oportuna. Es tu obligación brindarle una atención a tiempo y de calidad, ya que eres totalmente responsable de tu mascota y depende de ti para recibir ayuda. Antes de que ocurra, busca un servicio veterinario confiable.

6. Darle tiempo de calidad y calidez. Tu compañero puede sentir el abandono, por eso disfrutará cuando juegues, lo acicales, lo pasees, ¡eso es tiempo de calidad! Es cierto que no es posible que estés todos los días a tiempo para la hora de la comida o la hora de dormir, por ejemplo, pero eso no significa que siempre llegarás tarde o te olvidarás de tu pequeño, sin tomar en cuenta sus necesidades: darle amor y jugar con él es de suma importancia.

7. Buscar ayuda profesional. Con la convivencia diaria modificamos su medio ambiente y algunos no se adaptan bien a los cambios, pudiendo actuar de formas no deseadas, como agresiones, o haciendo popó o pipí donde no deben. En su entorno natural estas conductas significan algo (la señalización con orina puede indicar ansiedad  por separación). Debes prevenir estos problemas y buscar ayuda profesional para controlarlos y que esto no le genere más estrés.

8. Ser consciente de la esterilización o reproducción. Sobre su reproducción será decisión tuya hacerlo, ya que es una cuestion personal. Si conscientemente no puedes o no quieres reproducirlo, es obligación que hagas lo necesario, desde aislarlo hasta esterilizarlo. Mantener una correcta población de perros y gatos, se logra con la no reproducción consciente, en tanto no haya una legislación oficial al respecto.

9. Cuidarlo en todas las etapas. Sí, tu mejor amigo alguna vez fue joven y fuerte. Te ha dado horas de alegría y felicidad, así que al llegar a la vejez también merece cuidados y comprensión para vivir con tranquilidad. También debes entender que perder un miembro o la movilidad no le genera angustia: sólo es una adaptación. Y merece seguir con vida y feliz mientras se pueda.

10. Morir con dignidad. La eutanasia puede ser, a fin de cuentas, un acto de amor. Es darle a tu amiguito las gracias después de haberle proporcionado una vida plena. Sólo tú sabrás cuándo llegó el momento de dejarlo partir, porque ya no es posible recuperar el estado de bienestar que tuvo un día, ya sea por enfermedad terminal o por edad. “Yo sufriré, pero tú ya no sentirás dolor”.

Por una necesidad personal hemos decidido compartir nuestra vida con nuestras queridas mascotas, lo que trae alegrías y obligaciones. En el balance salimos ganando, y por mucho, así que querámoslas y tratémoslas como se merecen.

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