Disminuye el estrés o ansiedad en tu compañero

MVZ Martha Elena Castro Guzmán-Etóloga clínica, entrenadora y adiestradora

Empecemos por lo básico, ¿sabes la diferencia entre estrés y ansiedad? ¿Sí, no,
o más o menos? Bueno, el estrés se presenta en todos cuando hay una situación anormal que estimula e induce una repentina respuesta del organismo para superar un posible
peligro (debido a esa situación).

Esta respuesta influye en varios sistemas, como en el nervioso, el cual toma la decisión de reaccionar, ya sea enfrentando o huyendo del riesgo. Hasta este primer momento, la reacción al estrés va a ser un mecanismo de supervivencia que va a servir para estabilizarse y recuperar el
anterior estado emocional y físico.

ESTRÉS, ANSIEDAD Y ENFERMEDADES

Sin embargo, cuando hay episodios continuos de estrés se comienzan a generar malestares que pueden ocasionar un desequilibrio, y será más difícil regresar a un estado de bienestar y tranquilidad. Y peor: llegará el momento en el que esos estímulos recurrentes terminen ocasionando enfermedades en las mascotas (cuando son sometidas continuamente a situaciones desagradables), pudiendo desarrollarse padecimientos mentales como la ansiedad.

Cuando tu compañero padece ansiedad, mostrará comportamientos parecidos a cuando tiene
miedo, pero más intensos y relacionados con el evento que la desencadenó. Vas a observar jadeos, salivación excesiva, vómito, diarrea, pipí y popó (sin control de esfínteres), al mismo tiempo que presenta irritabilidad que produce agresiones, entre otras. Y eso no es todo, también va a rascarse, lamerse excesivamente, hará movimientos repetitivos sin sentido, destruirá cosas, lloriqueará o gemirá de forma excesiva.

Todos estos son signos importantes que requieren de la ayuda de un veterinario especialista en conducta (etólogo) para resolverlos de la mejor forma.

SI TENGO ESTRÉS, LO TRANSMITO

El origen de la ansiedad viene de situaciones sociales y medioambientales, ya sea sufrir maltrato por su grupo social (personas o animales de su misma especie o de otra), manejo inadecuado, cambios bruscos en su rutina o estímulos como sonidos de petardos, tormentas y ruidos estridentes.

Además, está comprobado científicamente que si padeces estrés por periodos prolongados,
aunado a una personalidad neurótica (inestabilidad emocional), tendrá un efecto contagioso en tu mascota. Y no es todo: si un peludo (perro o gato) no está correctamente socializado cuando
es cachorro o adolescente, la cantidad de situaciones que le pueden ocasionar estrés (y a su
vez problemas de ansiedad), llega a ser mayor debido a que no está acostumbrado a muchos
estímulos que en otros casos serían “normales”.

Es importante, por el bienestar de tus mascotas, que conozcas y comprendas este tipo de
situaciones para prevenir, o en su defecto buscar la solución a ese estado emocional. ¿Cómo? Si adquieres un cachorro, tendrías que acudir a clases de socialización temprana, en donde un experto trabajará con la habituación y desensibilización a diversas situaciones, ya se trate de convivir con individuos de diferentes edades, razas y especies, así como a circunstancias que van a ser rutinarias en su vida, como los baños en una estética, las revisiones periódicas del veterinario, los ruidos estruendosos de petardos, cuetes, tormentas, camiones, en fin.

Todo esto es bien importante, porque contribuirá a tener un compañero equilibrado y saludable. Además, las caminatas diarias, el ejercicio, las rutinas establecidas en su cuidado (¡son seres
de hábitos!), y una comunicación para la interacción y el aprendizaje claro, van a permitir que se
desarrolle un vínculo basado en el respeto y el entendimiento.

¿CÓMO AYUDO A MI COMPAÑERO?

Para el tratamiento es necesario identifiques las causas que causan el estrés, claro, cuando aún no se ha convertido en un problema de conducta. Y ya detectado, se debe retirar el estímulo que genera el estado de alerta y, con la supervisión de un experto, trabajar en procesos de desensibilización. Pero si ya escaló al sentimiento de miedo y se convirtió en ansiedad, el especialista elaborará un plan de terapia integral que incluirá terapia conductual, modificación del ambiente, e incluso en algunos casos, sugerirá terapia farmacológica, alópata o alternativa, para asegurar el cambio.

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