La fantástica vista perruna

El ojo canino es mucho más complejo que el humano y le permite tener una vista perruna de envidia. Te contamos hasta dónde llega su poder.

Dentro de la complejidad que tiene la retina de un perro, hay una membrana sensible donde se concentran los bastones retinianos, que son los receptores de luz y clave para poder ver mejor con muy baja iluminación. Los perros tienen mucho más bastones que nosotros, lo que incrementa su visión nocturna.

Además, en el fondo del globo ocular tienen una membrana llamada tapetum lucidum que actúa a manera de espejo, concentrando los rayos luminosos y aumentando la efectividad de los receptores. La podemos identificar cuando tomamos una foto con flash frente a nuestros lomitos y aparece un brillo muy marcado en sus ojos. Tanto los bastones como esta membrana permiten que vea hasta cinco veces más que nosotros en oscuridad.

La perecepción de movimiento

Los perros poseen además una enorme percepción de movimiento. Investigaciones aseguran que para ellos es más fácil identificae a las personas por su forma de caminar que por su silueta o forma de vestir.

Y aquí vuelven a intervenir los bastones, pues pueden detectar mejor el movimiento y capturan y procesan “imágenes” de alta definición, llegando a fungir como un sistema de “slow motion” y que les permite atrapar objetos en movimiento, como los famosos frisbee.

El ojo humano percibe menos “fotogramas” con su ojo, pero el perro necesita de más cantidades por segundo para definir una secuencia, es aquí donde puede reaccionar más rápidamente.

El rango de visión cercano es deficiente. Su distancia focal mínima es de 30 cms. por lo que les cuesta enfocar algo que se encuentre a menor distancia. Pero como su visión está mejor preparada para ver en movimiento, si el objeto lejano se mueve es mejor captado por el perro.

Para cerrar envidiando en su totalidad el ojo canino, debemos considerar que su campo visual es de unos 250º, mayor a los casi 180º que disfrutamos como humanos.

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