La primera noche con un cachorro

Nos pueden romper el corazón con sus ladridos y lloriqueos, pero la primera noche puede definir mucho de cómo serán las siguientes y quizá no deberías hacerle tanto caso.

Los primeros días con nuestras mascotas, sobre todo si son muy pequeños, suelen ser difíciles para ambas partes. No sería novedad si tu cachorro pasa la noche llorando y no deja dormir a nadie.

Sobre todo en perros, este es un gran cambio: es separado de su madre y sus hermanos y abandonó lo poco que conocía para aparecer en un nuevo lugar, donde no entienden qué está pasando y se encuentran solos (sin su grupo), ese estrés o soledad lo harán llorar.

Ignorarlo, pero solo lo necesario

Aunque se te rompa el corazón, lo mejor es no hacerle caso. Revisa si no le está pasando algo realmente y evita correr cada que ladre o llore. Si el cachorro se da cuenta que llama tu atención, sabrá que así consigue lo que quiere y continuará la misma conducta por más noches o toda la vida.

Para no hacerle caso, primero cerciórate que tenga todas las comodidades necesarias y que está bien de salud, por ello siempre es recomendable visitar al veterinario para evaluarlo antes que cualquier otra cosa.

Recuerda que buscará sentirse seguro y una cama donde pueda esconderse con una buena cobija que lo “oculte” le será de mucha utilidad para sobrellevar el miedo.

Si es posible, consigue una prenda que haya utilizado con su mamá y colócala en su cama, el olor de ella le hará sentirse en familia. Otro truco es colocar un reloj de manecillas cerca de su cama, para que el tic tac le recuerde a los latidos del corazón de su madre.

Dejarle un espacio seguro

Si supera el temor inicial y viendo que no corres a auxiliarlo, posiblemente su siguiente paso será explorar. Para que sea segura su visita a su nuevo hogar debes cuidar que no haya nada que pueda lastimarlo mientras todos los demás duermen en casa.

Evita que alcance o tenga acceso a cables, productos de limpieza u objetos que pudiera comerse. Déjale un par de juguetes para morder para que resuelva su nerviosismo con ellos.

El tema del baño es otro pendiente, pues seguramente hará donde le agarre la necesidad y esto podría replicarlo toda la vida si no se le corrige. El cachorro debe aprender dónde hacer sus necesidades desde el mes y medio de nacido.

Para los primeros días déjale un espacio para sus necesidades alejado de su comida, bebida y cama, pues buscará algo que no esté cerca de ellos.

Para educarlo debes ordenar sus horarios de comida, pues si come todo el día, hará cuando esté lleno. Esto puede durar meses y hasta necesitar de la intervención de un profesional, así que no desesperes y tómalo con calma.

Compréndelo si ladra o llora en sus primeros días solo, es algo nuevo para él y está expresando su preocupación por su nueva vida.

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