¡Colosos felinos!

Hoy en día puedes encontrar en diversas aplicaciones y páginas de internet, fotos y videos de gatos que casi podríamos llamar “gigantes”, sobre todo comparado con el gato más común en nuestras casas, el Europeo Doméstico, cuyos colores pueden ser muy variados, pero su peso y tamaño son relativamente similares entre congéneres.

Si bien es cierto que algunos gatos pueden ser realmente grandes, también es importante entender que su genética es así, su raza tiene esas características de origen, y no tiene que ver con su alimentación o con vitaminarlos de maneras inusuales. Es muy diferente hablar de un gato grande, a un gato con obesidad.

En nuestra edición anterior conocimos al gigantón de Noruega, hoy te presentamos a otros dos no menos notorios felinos domésticos.

Gato del Bosque de Siberia

Hace más de mil años, los gatos llegaron también a Siberia, una de las regiones más inhóspitas y gélidas de la Tierra, en donde tuvieron que vivir generación tras generación, hasta que nació el Gato del Bosque de Siberia, apto para sobrevivir los crudos inviernos siberianos.

Son bastante grandes (12 kilos de peso y a veces más) ya que ese rasgo les ha ayudado a soportar mejor las bajas temperaturas, pues tienen menor pérdida de calor. Poseen un pelaje especial que los protege del frío y la humedad. Sin embargo, a pesar de ser grandes y pesados, son extremadamente veloces y ágiles. Tienen un ronroneo armonioso, rítmico y muy agradable.

Maine Coon

La raza más antigua de América es el Maine Coon, que se formó a partir de gatos traídos desde Europa. Se trata del titán de los gatos, pues son enormes, ya que muchos ejemplares superan los 14 kilos.

Sin importar su colosal tamaño, son excelentes trepadores y fantásticos cazadores. Son imponentes, pero al mismo tiempo amigables, tranquilos y cariñosos.

De pelo semilargo muy denso, están perfectamente adaptados al implacable clima del norte.

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