¿Tu mascota es feliz?

Tener una mascota cambia nuestras vidas y nos hacen muy felices, pero ¿estamos seguros de corresponderle esa felicidad a nuestros compañeros? Te compartimos tres formas de saber si es feliz.

Convivir con una mascota nos da mucha alegría y felicidad, haciéndonos compañía y sacándonos de la rutina con sus juegos y acciones. Sin embargo, como ser vivo, las mascotas pueden estar pasando por tristezas o ansiedad sin que se pueda notar a primera vista.

Las mascotas no hablan, no logran comunicarse ampliamente cuando algo no está bien, pero existen muchos comportamientos que nos pueden indicar si son felices o pasan por algún tema de depresión o incomodidad.

Su energía diaria

Cuando nuestra mascota es muy activa y no descansa un minuto, es fácil descubrir que algo no va bien si reduce sus actividades. Existen otros factores para que baje su ritmo, como las temporadas frías o la edad del animalito, pero si ninguna de ellas es la responsable de este desdén hacia lo dinámico, se debe considerar qué lo está alejando de su comportamiento habitual. Un punto importante para saber si su energía está disminuida por un problema, es cuando la mascota ignora o no desea tener actividad, yendo más allá del interés por una determinada actividad. La indiferencia de una mascota no se debe tomar a la ligera, sobre todo en los perros.

Tranquilidad de la mascota

Cuando una mascota se siente segura y feliz, descansa. Tu perro o gato disfrutará dormir a pierna suelta cuando sienta confianza por su entorno. También se verá esta tranquilidad cuando juega o se llega a quedar solo, no tendrá problemas de conducta si está seguro en su contexto. Pero cuando esa tranquilidad no se tiene, surgirán comportamientos inquietos, trastornos de sueño y aparecerá la destrucción de objetos, ladridos o maullidos sin supuesta razón y demás acciones que reflejan que la mascota no está a gusto.

La hora de comer

Todos los seres vivos requieren del alimento para vivir, por ello cuando una mascota está enferma, empezará a dejar de hacerlo. Entendiendo como enfermedades también a las mentales, cuando algo no está bien en nuestra mascota llegará a un punto en que no deseará el alimento; en casos graves, podría volverse una limitación física. Los animales enfermos empiezan a reducir su consumo de comida y poco a poco también el del agua, lo que afecta enormemente su salud.

Para cualquiera de estos comportamientos se debe visitar al Médico Veterinario, quien podrá canalizar a un experto en comportamiento. Retribuyamos esa alegría que nos brindan ofreciéndoles una buena calidad de vida.

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