De la belleza a la salud: la evolución del grooming

La profesión de estilista canino va más allá de solo bañar y cortar pelo.

Rodrigo Reyes, Profesional Grooming FB: Groomer Rodrigo Reyes

La estética canina en esta nueva era se ha vuelto imprescindible, ya que es un filtro importante para observar y detectar anomalías en tu mascota y así, poder canalizarla con su médico veterinario.

Pero esta actividad no es nueva, desde la prehistoria existen datos de la relación hombre y perro. Conforme fueron pasando los años el hombre se dio cuenta que los perros podían ser utilizados para realizar varios trabajos como pastorear, cazar, guardia y protección, entre otros. Es aquí donde se empieza a dar una asistencia a los perros que va desde bañarlos, cepillarlos y cuidar de su piel.

Para poder llegar al profesionalismo que hoy conocemos en la estética canina tuvieron que pasar muchos siglos. A inicios de la Edad Moderna comenzó a tener una mayor evolución, pues durante el siglo XVI se muestran en pinturas los primeros cortes en perros, en la raza Poodle.

En el siglo XIX se registran los primeros baños antipulgas, realizados con azufre.

Estos cortes no eran de tipo estético, sino que tenían una función zootécnica, es decir, que ese tipo de arreglos en el pelo le ayudaba a cumplir su trabajo, el ser perro cobrador de aguas.

En el siglo XIX en París, Francia, se bautiza la profesión estilista canino con el primer nombre de TONDEUSE o “esquilador”, persona encargada de cortar lana o pelo de animales.

Durante la Edad Contemporánea, cuando los perros de raza se empiezan a entender como símbolo de poder, elegancia, riqueza y exclusividad, hubo la necesidad de crear algo muy importante, el nacimiento y desarrollo de las primeras exposiciones de perros, dando paso al primer club de perros, el Kennel Club británico en el año de 1873, seguido de la Societé Centrale Canine de Francia y el American Kennel Club de Estados Unidos.

Durante la Primera Guerra Mundial en Berlín, aparecen las primeras estéticas caninas llamadas Laundry (sí, así como una “lavandería”).

Posterior y ahora en la Segunda Guerra Mundial, llega la peluquería canina comercial en forma, dando su expansión en Estados Unidos e Inglaterra, que fue de la mano con el crecimiento de las clínicas y centros de salud veterinarios como hoy en día conocemos.

Ahora que sabes un poco de la historia del grooming canino, podrás darte cuenta que su estilista es el primer filtro en la salud de tu mascota, avisándote sobre algún problema de salud que pueda presentar, desde una severa otitis, molestia al caminar por el crecimiento excesivo de uñas, irritaciones y lesiones dermatológicas, entre otras, que pueden –y deben- ser motivo de visita con su médico veterinario.

Además, los peluqueros caninos profesionales también te recomendarán shampo, mascarillas, acondicionadores y algunos otros productos que le ayudarán a reconstituir su pelo y rehidratar su piel, evitando lesiones, infecciones y presencia de hongos.

Es por eso que los estilistas caninos deben estar siempre en constante capacitación y no sólo para poder hacer nuevas tendencias de cortes o colorimetría, sino para poder brindar mejores productos para el cuidado y bienestar de sus clientes.

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