Previniendo la depresión

Psic. Fraga Ostos

Los animales tienen emociones y sentimientos. así como los humanos, ellos pueden sentir depresión, ansiedad, miedo, alegría, felicidad y muchas más emociones. La etología es una herramienta que nos ayuda a entender el comportamiento de los animales, ya que estudia la conducta animal en su medio natural.

Varios estudios etológicos resaltaron la predisposición innata de los animales a responder de una forma concreta a estímulos concretos, una predisposición que es adaptativa, es decir, que tiene un claro objetivo de supervivencia. Aún no se conocen en profundidad los mecanismos neurológicos por los que se generan estados depresivos en nuestras mascotas, aunque se sabe que, de forma similar a los humanos, hay una gran implicación de la participación de sustancias neurotransmisoras y hormonales.

¿Por qué se puede deprimir mi mascota?

Existen diversos factores que son importantes a tomar en cuenta, ya que si no los detectamos y trabajamos pueden detonar que un animal se deprima, peo siempre la clave para evitarlo debe ser focalizarnos en cumplir las necesidades que le ayuden a que el animal esté en bienestar animal.

La ausencia prolongada de la satisfacción de estas necesidades de su vida diaria puede llevar a un desequilibrio físico y emocional y con ello, desarrollar cambios en su comportamiento, que deriven en problemas como la ansiedad o depresión.

Un cambio significativo en nuestro compañero de vida puede desembocar a una depresión, las causas más comunes que la generan son:

1. Fallecimiento o distanciamiento de un ser querido y abandono

Ellos realmente no saben ni entienden los motivos por los cuales una persona con la que convivían durante periodos prolongados ya no está con ellos, esto les genera mucho miedo y angustia que los puede llevar a sufrir una depresión severa e incluso terminar en la muerte.

2. Soledad e inactividad

Pasar mucho tiempo solo, sin interactuar con nosotros o con otros animalitos, puede provocarle tristeza. Si no jugamos o paseamos con ellos, carecerán de estímulos psíquicos que promuevan un desarrollo conductual adecuado. Debemos ofrecerle libertad para el esparcimiento y distracción.

3. Cambios en el hogar

Por ejemplo, la llegada de un bebé a la familia, donde toda la atención se ha desplazado para el nuevo miembro y no lo hace parte del nuevo sistema familiar, también pueden ser causas como la llegada de una nueva mascota o una mudanza.

4. Enfermedades silenciosas

Existen algunas enfermedades “silenciosas” ya que no pueden ser notadas o percibidas tan fácilmente, pero nuestra mascota puede estar generando dolor, incomodidad o algún síntoma que no es fácil detectar y así estar por mucho tiempo lo cual les genera un déficit en su energía, pueden estar apáticos e inactivos.

5. Secuelas de situaciones complicadas

Tras una fuerte pelea con otro perro, tras pasar una enfermedad o cualquier situación que les genere miedo y ansiedad puede variar su comportamiento. Aunque, generalmente, la depresión en estos casos suele ser pasajera, pueden arrastrar miedos e inseguridades.

¿Cómo saber si mi mascota está deprimida?

Algunos síntomas son muy notorios, como el observar a nuestra mascota inactiva, que no quiera alimentarse, no quiera convivir como antes con otros animales e incluso su tutor. Aquí es momento de acudir a la ayuda de un especialista, un veterinario que nos apoye a detectar y el etólogo experto en conducta animal que ayudará a tratar la depresión con dinámicas y ejercicios. Las salidas al exterior no solo se aprovechan para hacer sus necesidades, también para distraerse, ejercitarse, descubrir olores nuevos, y relacionarse con otros animales.

La parte psicológica es muy importante ya que hace que el vínculo sea fortalecido y la emoción como la felicidad sea estimulada: Jugar con él, cepillarle o simplemente hablarle le estimula, recuerda que ellos también disfrutan de nuestra compañía. Evita que pasen mucho tiempo solos, pero si esto no es posible por alguna circunstancia, puedes dejarle juguetes interactivos, como pelotas que son rellenas de premios, que además de entretenerles, estimulan su cerebro.

Procura estar pendiente del comportamiento de tu amigo, para poder detectar tempranamente cualquier síntoma y atenderlo pronto, ¡hasta la próxima!

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