Pet’s Life 43

No hay UNA forma de ser perro o ser gato.

Las dos especies que han evolucionado al lado de la más etológicamente diversa, el Homo sapiens, no pudieron más que copiar esta capacidad de adapta-ción, estirando al máximo sus habilidades cognitivas y su resistencia al cambio y los ambientes.

Está bien si dos perros que parecen físicamente idénticos, son felices haciendo cosas diametralmente opuestas, como correr a diario por el bosque trabajando con su humana o ir a la tintorería cada martes con su humano.

Está bien si un gato habla todo el tiempo y trepa repisas, mientras su hermano analiza el movimiento de las aves por la ventana.

Rompamos paradigmas y expectativas. Los “sú-per inteligentes” se supone que somos nosotros, aceptemos que los animales no son maquinitas que repiten acciones, sino seres de características indi-viduales, que merecen vivir en su cielo personal en esta vida, a nuestro lado.

Sin comentarios

    DEJA UNA RESPUESTA