Por favor, vete tranquilo

Cuando las vacaciones no incluyen a nuestra familia animal, siempre queda ese hueco en el corazón, que mayormente podemos identificar como ansiedad.

Psic. Ana Lué García-Videla

Primero: la ansiedad no es algo malo. Es una respuesta natural, esperada cuando uno se separa de los seres que le importan.

Usualmente somos presa de pensamientos catastróficos, que nos invaden y no permiten salir del círculo de ‘posibilidades’, de ‘puede pasar esto o lo otro’, y la mayoría de estos vendrán de lo que has pasado, de las experiencias, de lo vivido sobre todo en las etapas de apego, especialmente en la niñez.

¿Es mejor pensar que nada va a pasar? ¿O saber que, de todas formas, siempre puede pasar algo?

Ninguna de las dos es realmente práctica, porque ambas son posibles. Una de las cosas que suelen ser muy útiles es, pensar cuáles son las cosas que pueden pasar, con los pies en la tierra. ¿Qué puede pasar en el próximo viaje? Si tengo animales enfermos, quizá una recaída, pero si están sanos, lo menos probable es que les llegue a pasar algo. Si yo tengo ideas claras acerca de cuáles son mis temores y cuál es la realidad respecto de mis temores, es un poco más fácil poderlo manejar. 

Tendemos a pensar que las cosas van a ser bastante peor de lo que en realidad terminan siendo. 

Si tienes preocupaciones fundadas, lo mejor es dejarlos con personas que te resulten de total confianza y que además te conozcan bien, es decir, gente a la que no le preocupe estar en comunicación frecuente, que tú les marques o que te manden un video, o un mensaje de vez en cuando. 

Trata de medir a qué nivel llega esta ansiedad, si es incluso un impedimento para poder disfrutar el viaje, o realizar las actividades que estás destinado a hacer. Cuando así es, vale la pena considerar una consulta con un psicólogo clínico, un procedimiento introspectivo para poder entender de dónde viene la ansiedad, cuáles son los orígenes; o bien, un psicólogo de corriente cognitivo conductual, que puede ser muy eficaz con métodos como meditación, o trabajos de autohipnosis bien guiados para reducir los niveles de ansiedad o para que, cuando esta aparezca, puedan contrarrestarse con pensamientos claros, lógicos, sensatos y aterrizados, que te ayuden a reducirla y a continuar con tus actividades cotidianas.

Si tu mascota es ansiosa al separarse, este canal los relaja cuando los dejas solos en un día normal.

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