Terapia de cambio: donar lo viejo

Con la colaboración de la Psic. Fraga Ostos

En muchas culturas y filosofías de vida existen acepciones a la importancia de cerrar, para después volver a recibir: “Dejar ir, para que llegue lo demás”. “Sacar lo viejo, para que entre lo nuevo”. “No aferrarse, soltar… y seguir adelante”.

Esto aplica para lo emocional, lo físico, los cambios fundamentales, la existencia de personas en nuestra vida, nuestro desarrollo personal, en fin… para todo.

Y es que aferrarnos a objetos, sentimientos, ideas y hasta personas que ya no aportan nada a nuestra vida, nos impedirá ver el espacio libre que deberíamos estar llenando con cosas frescas, mejoras y oportunidades a las que no les vemos cabida porque, desde luego, parece estar todo ocupado.

Y eso es tan importante al inicio de cada año, dada la fuerte energía de renovación que todos cargamos y debemos aprovechar.

Quizá has ido guardando cada una de las correas que ha tenido tu perro para el paseo, aunque en realidad, cada que compras una más nueva, resistente o bonita, prácticamente no vuelves a ponerle ninguna otra. ¿Qué tal los collares, suéteres, camitas, platos de agua y comida, juguetes?

Cuando dejamos ir algo viejo aun siendo útil, reconocemos nuestra propia capacidad de proveernos, y proveerles a nuestros animales, de lo que necesitan, sin preocuparnos por guardar tiempos pasados, porque confiamos que siempre podremos esforzarnos por recuperar lo mismo o mejor.

Dona cosas limpias y en buen estado que puedan reutilizarse.

Y si a esto le sumamos que tenga un segundo uso en patas y lomitos de alguno de los miles de animales que están en albergues o centros de rescate, entonces nuestro éxito, esfuerzo y merecimiento, tiene una doble vida.

No sólo le diste un collar y correa a tu animalito en casa cuando lo necesitó, ahora también le ayuda a otros en su camino a una vida feliz. Eso es verdadera plusvalía en lo económico, significado en lo emocional, y responsabilidad en la sustentabilidad de nuestro mundo que tan rápido desecha materiales.

¡Dona lo viejo, y que venga lo nuevo!

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