Cabalgando por las pantallas

Los caballos son probablemente los animales más usados en el mundo del cine, por encima de perros y gatos que, si bien son frecuentes uno u otro como acompañantes ocasionales, no aparecen en grandes números como lo hacen los equinos.

Aunque muchas veces la representación del binomio persona-caballo está íntimamente ligada a cosas como la guerra, la conquista o competencias que se aprovechan de este vínculo, es importante reconocer cuando algunas de estas cintas tienen un espíritu más loable y respetuoso, y nos dejan con una sensación de cariño y/o admiración por estos fantásticos animales.

Relación de amor equino

Hay cintas emblemáticas en donde la relación de las personas con los caballos se vuelven un eje épico sobre el que giran una parte de la historia y momentos cumbre, como lo ocurrido con Atreyu y Artax en La Historia sin Fin (Neverending Story, 1984) o entre Aragorn y Brego en El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey (Lord of the Rings: Return of the King, 2003), pero pocas tan poderosas como Océanos de Fuego (Hidalgo, 2004) en donde Frank y su caballo Hidalgo (algo te dice de la importancia, cuando el título de la película es el nombre del caballo), tienen que demostrar la apasionada relación de camaradería que se necesita para lograr una carrera de casi 5,000 km a través del desierto de Arabia.

¡Un mundo de fantasía con la mejor compañía! Neverending Story, 1984.

Como los caballos son el motor de una vida o pueden lograr milagros ha sido también gran incentivo para los guionistas, lo vemos en La Fuerza del Valor (Wild Hearts can’t be Broken, 1991) o El Señor de los Caballos (Horse Whisperer, 1998), donde la tenacidad humana se une al tremendo valor que pueden tener los equinos cuando se vinculan con un ser humano.

Corazón que galopa

Pero sin duda, si tenemos que hablar de cintas que nos dejen el corazón galopando, hay que recurrir a la infalible Spirit: El Corcel Indomable (Spirit: Stallion of the Cimarron, 2002) que, si bien retrata de manera un tanto suavizada el problema de los Mustangs en los Estados Unidos, también hace fehaciente que el espíritu de estos magníficos animales reside en la comprensión de su naturaleza, y hacer lazos por respeto mutuo, nunca por sometimiento y miedo.

¡Conoce más de los Mustangs!

Mención honorífica y muy especial para Rayas (Racing Stripes, 2005), cinta familiar y muy divertida en donde Rayas, una cebra adoptada por una familia está convencida de ser un caballo de carreras, y aunque su morfología no le ayuda mucho (nos damos cuenta que las cebras son mucho más pequeñas que los poderosos caballos) decide retar a todo un sistema y demostrar la fortaleza del empeño.

¡Rayas tiene un sueño! Racing Stripes, 2005

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