Agresión, ¿inexplicable?

Perros propios o conocidos, pueden reaccionar de formas que podemos ver como agresivas, y aunque a veces se trata de incidentes aislados, detonados por algo específico, identificable, es importante saber que en la inmensa mayoría de los casos, las reacciones agresivas tienen explicación, y generalmente, fueron sobre aviso.

MVZ Gonzalo Chávez Contreras – Coordinador del Observatorio de Tenencia Responsable y Vínculo Humano Animal, de la Universidad Santo Tomás, Chile.

El gran problema de la agresividad es que no sólo genera daños físicos, sino que la mayor parte del tiempo puede producir problemas psicológicos a largo plazo y no sólo en las víctimas, sino también en el agresor.

Cuando nos enfrentamos a un perro que tiene ciertas señales que debiéramos de interpretar como agresivas, no siempre nos quedan tan claras como las señales que podemos interpretar de un humano agresivo.

Cuando no damos una interpretación adecuada al mensaje que envía un perro es muy probable que se favorezca la aparición de un problema de comportamiento que termine en una agresión.

Una agresión no siempre termina con un contacto directo entre el agresor y la víctima. La mordida pudiese ser una consecuencia, pero la agresividad puede ser igualmente grave aún si no termina en una mordida, y tenemos que prestar mucha atención para que eventualmente no se concrete esto.

Un riesgo latente

Los animales como los seres humanos agreden, entre otras cosas, porque perciben que existe un riesgo para ellos. Hay una gran cantidad de distintas agresiones, y pueden ser sutiles como una mirada agresiva, o hasta un ataque explosivo.

A veces podemos preguntarnos ¿por qué, si le doy todo a mi mascota, se comporta de manera agresiva? La agresión se explica por una serie de facto res que pueden ir desde la genética, pasando por hormonas, el aprendizaje –uno puede aprender a ser agresivo–, el ambiente puede invitar a serlo, puede haber enfermedades presentes –y uno de sus signos sea la agresividad–, por ello quizá no siempre descubriremos la razón por la que se comportó de manera agresiva.

Pero lo que sí podemos comprender es que existen más de 20 clasificaciones distintas de agresividad y, dependiendo del tipo de agresión es como se debe dirigir la terapia. Por ejemplo, tenemos la territorial, seguro una de las más conocidas, la agresividad también entre perros, la maternal -para aquellos que han visto una perrita recién parida, que se comporta más agresiva-, la agresión por juego cuando se les pasa un poco la mano porque se sobreexcitan, por conflicto jerárquico, entre otras.

Este punto es muy importante tenerlo presente además porque si no le prestamos atención al perro con el que nos estamos relacionando puede ocurrir lo que pasa la mayor parte del tiempo, las personas que terminan siendo mordidas expresan que “no lo vieron venir”, y por supuesto no es que no hayan visto al perro, sino que no se imaginaron que pudiera llegar a agredirlos.

Algunos datos estadísticos

• La mayoría de los perros que muerden son perros conocidos.

• Los niños (varones) son las víctimas más recurrentes, por la forma en cómo juegan con el animal con respecto a las niñas, al ser más violentos e impulsivos.

• Ocurren más casos en verano, porque las personas tienen más tiempo libre.

• Las mordidas ocurren con los perros del mismo hogar, sin provocación necesariamente.

• Las heridas más comunes son en las extremidades, ya que las personas las usan para intentar defenderse.

• Los machos muerden más que las hembras, entre otras cosas, por la influencia de la testosterona.

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