El machismo no se pone de acuerdo. Te lo dicen por soltera, por la edad, por tu independencia, por tu firmeza, por no quedarte callada. Como sea, diles: Gracias, soy la loca de los gatos.
¿Cuántas veces nos han dicho así, ese estereotipo que representa a las mujeres que amamos a los gatos, como el arquetipo cultural de una mujer anciana, solitaria y que prefiere convivir con gatos?
Quizá es un estereotipo, pero vayamos un poco más allá de los prejuicios.
A lo largo de la historia, los gatos y las mujeres se han acompañado, comenzando por la diosa egipcia Bastet, símbolo de la protección y la armonía. En el Barroco, los gatos formaban parte esencial de escenas en pinturas y eran fundamentales para el control de plagas.
En el siglo XV, las mujeres sabias que manejaban la herbolaria, siempre acompañadas de su fiel gato, eran consideradas brujas. Una de mis corrientes favoritas es el romanticismo, donde vemos gatos y mujeres retratados con una actitud independiente y melancólica, siendo compañeros indispensables.
Toda una historia juntos
Los gatos y las mujeres siempre hemos ocupado un lugar importante en la historia y en el arte. Actualmente, no nos quedamos atrás; tenemos todos los reflectores sobre nosotras y nuestros fieles amigos los gatos. Si ellos nos prefieren a las mujeres, es porque creamos lazos importantes, compatibilidad, afecto y apoyo, desarrollando relaciones complejas con mutuo entendimiento.
Este cliché de ser la loca de los gatos es solo el resultado del terror a la autonomía femenina, dejando la sumisión a lo masculino muy lejos.
Podemos ver grandes mujeres exitosas siempre acompañadas de sus gatos. ¿No me crees? Te menciono algunas: Betty Grable, Gina Gershon, Elizabeth Taylor, Demi Moore, Katy Perry, Joy Huerta, Nicole Kidman y hasta Belinda.
¿Qué tienen en común todas estas mujeres? Son mujeres conectadas con el arte de una forma innegable, que en más de una ocasión han demostrado ser totalmente autónomas, exitosas y, por supuesto, que aman a los gatos.
Así que, si me van a llamar la loca de los gatos, adelante. Yo creo, como dice Taylor Swift, que “el karma es un gato”, y esta frase cobra mucho sentido, ya que el karma tiene la fuerza equilibradora, no es bueno ni malo; simplemente te dará lo que mereces. Así nuestros hijos gatunos, que no pueden ser hipócritas, de quienes solo recibirás lo que merezcas.
Siéntete orgullosa de ser nombrada la loca de los gatos porque no cualquiera está al nivel de recibir este honorable título.
Sí, tienes derecho a llamar “amor de madre” eso que sientes.