La fidelidad es una obra de arte

Los encontramos presentes en las pinturas rupestres de la prehistoria hasta las obras de arte contemporáneas; los animales han sido una fuente de inspiración para los artistas de todo el mundo.

Aydée Varela

La presencia de los animales en el arte es un tema que ha sido explorado desde tiempos inmemoriales.

En este espacio exploraremos estas representaciones para conocer más sobre la importancia que han tenido en el contexto social, ya que en varias culturas y épocas, estos seres han sido considerados como sagrados y se les ha otorgado significados simbólicos en la vida cotidiana. 

En esta ocasión echaremos un vistazo a una de las obras más importantes del Renacimiento nórdico, en específico iremos hasta Bélgica y nos adentraremos a una de sus habitaciones en la capital de Brujas cerca del siglo XV; para identificar el papel protagónico de nuestro fiel amigo, siendo su presencia dentro de esta obra, una forma romántica de simbolizar la fidelidad entre una pareja.

Jan van Eyck es el artista que nos regala una de las escenas más famosas e icónicas del arte europeo del siglo XV, conocida como El matrimonio Arnolfini.

En esta pintura la presencia del perro es una de las características más intrigantes, siendo el objeto de análisis y especulación durante siglos por parte de historiadores y críticos del arte, que han propuesto varias interpretaciones sobre su posible significado. 

Lo primero que es de notar, es que el perro está situado en primer plano y en el centro de la escena, generando compositivamente un triángulo, siendo este pequeño cuadrúpedo uno de los ángulos que une a la pareja casada, Giovanni di Nicolao Arnolfini y su esposa, Giovanna Cenami; por ello, es posible que una de las interpretaciones de la presencia del perro en la pintura, es que se trata de un símbolo de unión que representa la fidelidad y lealtad de la pareja; ya que el perro era considerado desde la época medieval, como un animal leal y protector de su dueño. 

El significado del perro

Si prestas atención, tal vez descubras que el perro que se muestra se parece a ese que tienes ahorita en el sillón. Este se trata de un pequeño terrier con una cabeza grande y una cola larga y curvada. El cual está mirando directamente al espectador con una expresión de alerta y curiosidad, como si observará ese delicioso banquete que se encuentra sobre la mesa de la cocina o su correa antes de salir a pasear.

También se ha sugerido por algunos historiadores que el perro podría ser un símbolo de la vida conyugal y la maternidad, ya que en la época, se creía que los perros podían detectar la infertilidad en las mujeres. Si observamos con atención podemos imaginar que tal vez la bella Giovanna Cenami, se encuentra embarazada en el momento en que se realiza la pintura y la importancia de la presencia del perro, cumple el papel de ser el portador de un buen deseo o augurio sobre la fertilidad de la pareja. 

El contexto histórico

Algo que es importante que conozcas de esta obra, es que raramente se retrataban a gente común como se ve en esta escena; por lo regular los temas representados por los artistas en el renacimiento se centraban en temas religiosos, paganos, mitólogicos o retratos de la realeza o encargos muy específicos del clero; y en raras ocasiones como es el caso, se retrataban a familias comunes, a menos que estas tuvieran un alto poder adquisitivo y quisieran ser inmortalizados en una obra de arte; este último es el caso de los protagonistas de esta pintura, ya que Giovanni di Nicolao Arnolfini era un rico comerciante italiano que podía acceder a ser retratado por los más virtuosos artistas de la época, como es el caso del pintor flamenco Jan Van Eyck, el cual es el responsable de plasmarnos esta escena magistral, regalándonos su presencia dentro de la pintura mediante su reflejo en el espejo central que se encuentra en la habitación.

Este autorretrato es como una de las primeras selfies de la historia de la humanidad ¿Te hubieras imaginado que a esta época se remontan este tipo de imágenes?

Por lo anterior es que también se ha concluido que la presencia del perro en esta y otras pinturas de ese periodo, representaban el estatus social de la pareja, ya que los perros en esos siglos, eran considerados animales lujosos y costosos, por lo que podrían ser un signo de riqueza y estatus social. 

En cualquier caso, nos encanta el papel principal que tiene nuestro peludo amigo en esta obra de arte El matrimonio Arnolfini. Su significado sigue siendo objeto de debate entre los expertos en arte. Lo que sí está claro es que la presencia del perro añade un elemento de intriga y misterio a la pintura, y es un ejemplo más de cómo los artistas a menudo utilizan los animales para transmitir significados y simbolismos en sus obras.

Ahora que ya conoces más acerca de esta obra ¿te imaginas a tu mascota retratada contigo en una escena como esta? ¡Si es así compártenos en tus redes sociales cómo es que tu mejor amigo, muestra en una imagen su fidelidad hacia ti!

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