Cada año todos escuchamos, leemos y vivimos las consecuencias de perros (y algunas raras veces incluso gatos) que se asustaron al escuchar las explosiones de los fuegos artificiales, tan comunes aún en Septiembre en México, y Diciembre en casi todo el mundo.
Paco Colmenares
Si alguno de tus compañeros de vida es susceptible a estos temores, te quiero compartir dos puntos estratégicos que aún tienes tiempo de ir implementando de cara a una de esas dos fechas tan terribles para sus oídos:
1. Reduce su sensibilidad
Muchos perros y gatos sufren de sensibilidad, o plenamente fobia a los estallidos y ruidos de este tipo. Como aún nos falta mucho camino para reglamentar o prohibir este tipo de “alegorías festivas”, es importante que los desensibilices a este aspecto, para reducir su estrés cuando suceda.
La mejor forma es hacerlo progresivamente, con un método llamado “Desensibilización Sistemática”. Haciendo uso de YouTube o cualquier otra página que archive efectos de sonido, pon ruidos de fuegos artificiales, rayos, truenos o explosiones en tu computadora -o en tu celular conectado a bocinas-. Empieza con el volumen muy bajo y llama a tu amigo animal, o aproxímate, para jugar con él, con sus juguetes preferidos o incluso puedes darle trocitos de comida muy sabrosa que casi nunca le des (el alimento húmedo de sobres funciona muy bien).
Cada día irás subiendo el volumen un rayita hasta que llegues al máximo. La idea es que tus animales asocien estos ruidos con algo bueno, y su cerebro empiece a producir sensaciones positivas cada que comiencen. Desde luego apoya esa conducta cuando vengan los ruidos de la tormenta rea – les, repitiendo el juego y los premios.
2. Acostúmbralos a un lugar de seguridad
Es muy importante que perros y gatos, puedan ver sus transportadoras como un lugar seguro y agradable. No es una mala idea que estos, los también llamados kennels, permanezcan en una zona accesible en casa, o que incluso les pongas su plato de comida ahí dentro.
La idea es que en caso de crisis climática, terremoto o alerta de evacuación, así como el terror de oír estas explosiones de pirotecnia, no sea un problema meterlos rápidamente en ella, pero más aún, en el ideal de los casos, corran solitos a resguardarse a su transportadora al escuchar alboroto.
Muchas veces ellos solos crean este espacio seguro en el fondo del clóset o debajo de la cama. Si así fuera, no lo saques de ahí para abrazarlo y meterlo en las cobijas, mejor trata de hacer confortable ese lugar y déjalo hallar su propia paz.