MVZ EMCV (EC) Aline Ixtab Morales Estrada
MVZ EMCV (EC) Alejandro Pérez Castañeda
El miedo se puede definir como una respuesta emocional que incluye cambios en nuestro cuerpo y conducta, aparece cuando el individuo se enfrenta a un estímulo o a una situación amenazante y se considera una respuesta normal que ayuda a la adaptación y a la supervivencia.
En la actualidad algunos perros en plena socialización se encontraron con un mundo totalmente diferente, con diversas restricciones y sin muchos estímulos a su alrededor, esto ha provocado que las salidas y exposiciones a otros factores sea un mundo nuevo para nuestros amigos de cuatro patas.
Confianza para experimentar
El mayor reto para los tutores es proveerles confianza al momento de experimentar nuevas cosas. En la calle podemos llegar a observar perros con las orejas y cola hacia abajo, ojos muy abiertos, con sus patitas temblando, un caminar muy cauteloso y con la necesidad de regresar rápido a casa.
Lo más fácil para el humano es jalar para que nos siga el paso, exponerlos por primera vez a zonas muy transitadas o con alta afluencia de perros y personas, aprovechamos sus primeras salidas para llevarlo al mercado, al tianguis o a la tiendita, sin embargo, son ambientes que pueden generar mucha desconfianza en nuestros perros.
¿Por dónde empezamos?
Entonces, ¿qué debemos de hacer?, lo más importante es programar las primeras salidas, como si fuera nuestra primera cita, tener todo bajo control, para hacer de su paseo el más placentero. Primero debe ser un día que tengamos tiempo de sobra, tener premios a la mano, haber trabajado previamente el uso de pechera o collar fijo con correa puesta para que lo vean como algo muy normal. Elige un sitio tranquilo, abierto, pero con poco ruido, donde puedan tomar una buena distancia de otros perros y personas.
Una vez en la calle comenzaremos a animar a nuestro perro para que camine; háblale mucho, con voz suave y alegre, acaríciale y cada que recorra un cierto camino, premia con alimento o cuando haya logrado pasar una zona complicada y esto le haya generado miedo. El olfateo le ayudará a conocer un mundo nuevo, conocer más de los perros vecinos y, sobre todo, que su cerebro comience a activarse.
Si elegiste un parque o una zona verde, lleva contigo una correa más larga de lo normal, para que pueda expresarse de forma más libre, pero segura. Puedes llevar un juguete para que puedan iniciar el juego y volver el momento algo muy divertido, siempre debemos hacerles ver que estar en el exterior traerá puras cosas positivas.
Convivencia
¿Algún perro o una persona quiere aproximarse? ¡permíteselo!, ellos deben empezar a convivir con otros, pero ojo, esto debe de ser uno a uno, nunca en manada o puede salirse de control. Si una persona desea tocarle, debemos pedirle que tome una postura baja y que nunca lo toque por encima de la cabeza, podrá acariciar pecho o cuello. Nuestro perro es quien se acercará y quien decidirá si podrá ser tocado o no, si lo permite, debemos premiar con alimento suculento y con voz, si no fue así, déjale que se retire y tome su espacio. Ya llegará la persona correcta.
Cuando busquemos involucrarlo con otro perro, elige a uno que sea tranquilo, pero muy amigable con los perros, la primera impresión cuenta mucho, así que plasma en tu perro la mejor experiencia con otros peludos. Debe conocerles uno a uno, más de dos puede ser muy invasivo para ellos, una vez que comience a entender la comunicación canina, podremos ir aumentando la cantidad de perros y la diversidad.
Mantener siempre la calma
Siempre debes mantener una correa libre de tensión y mantener la calma, si lo sobreproteges, puede creer que el mundo no es de fiar. Sus primeras salidas deben de ser cortas pero muy gratificantes.
Recuerda, si a tu amigo de cuatro patitas le va genial en su primer paseo, las próximas salidas las esperará con ansias y tú podrás disfrutar cada paseo a su lado.
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