El momento de comer, todos juntos en la mesa, puede generar mucha frustración para un perro debido a que todo el grupo social está realizando una misma actividad, en la cual, no lo incluyen.
Ma. Isabel O. Martínez Vargas, M Esp Negocios Veterinarios. Coordinadora Editorial
También puede generar estrés el hecho de que aparezcan estímulos visuales y olfativos de mucho valor, como lo es la comida caliente, a los cuales el perro no tiene acceso.
Muchas veces, y sin quererlo, reforzamos su conducta insistente, ya que en nuestro afán de calmarlo, le damos un pedacito o probadita seguido del “¡ya, deja de pedir!”, ¿a poco no? Sin embargo, lo que en realidad está pasando es que él acaba de asociar la acción de pedir, con la recompensa obtenida, reforzando aún más esa conducta.
¿Qué podemos hacer para evitarlo?
- Dar una rutina de calidad que enriquezca la vida del perro. Cubriendo sus necesidades básicas y de afecto, la comida le llamará menos la atención.
- Evita reforzar la conducta. Si el perro dem a n d a ate n c i ó n o comida todos deben ignorarlo. Con una vez que le funcione, lo seguirá haciendo.
- Hacerlo parte del encuentro. A la hora de comer, inclúyelo en la actividad. Ofrécele su ración, dale un juguete interactivo o alguna actividad de masticación (un hueso de carnaza, por ejemplo).
- Informa a tus visitas sobre no alimentarlo, a menos que el desempeño lo amerite o estés de acuerdo.
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