¿Has pensado alguna vez que tu perro no es capaz de aprender nada “porque es malísimo concentrándose” o “porque nunca recuerda lo que practicó el día anterior”? ¡Eduquemos a los perros distraídos!
Aline Ixtab Morales Estrada y Alejandro Pérez Castañeda, Etovet.
¿Qué podría estar pasando para que existan perros distraídos? ¿Cuáles son las mejores condiciones para que aprendan, se motiven y logren concentrarse?
“Mi perro es malísimo aprendiendo” bien podríamos interpretarlo como: posiblemente no tiene un motivador importante, su estado ansioso no le permite enfocar su atención a algo nuevo o el lugar no es el ideal para aprender.
El miedo, o los estados ansiosos, pueden provocar que los perros no puedan concentrarse en diversas actividades, debido a que solo se enfoca en protegerse de la posible amenaza.
Si todo el tiempo están al pendiente de lo que pasa a su alrededor, necesitan tener primero un abordaje médico conductual, para mejorar su estado emocional.
Por otro lado, si escogemos un lugar con muchos estímulos, también éstos podrían impedir que se concentre en un solo punto. Así que es conveniente trabajar en un área tranquila, sin tantos perros, personas, niños jugando, tráfico, ruido, etc.
¿Y cómo motivar?
Los perros tienen gustos distintos. A algunos les gustan mucho los premios suculentos, pero otros en verdad se motivan al máximo con nuestra voz, o para algunos más con un peluche o pelota será suficiente.
La clave es evaluar si el juguete o el premio lo distraen más de la cuenta, y entonces cambiarlo por algo de menor valor, pero que le motive.
El mejor premio es el que le gusta mucho, y siempre está disponible, o es fácil de tener en casa, para que tengamos el mismo éxito.
Finalmente, considera el tiempo. La mayoría de los perros podrían no concentrarse más de 15 minutos, aunque depende de cada individuo. Puedes identificar que ya se cansó mentalmente, cuando observes bostezos, que se distraen por factores incluso poco interesantes, deja de recibir el premio y ya no realiza los ejercicios como lo estaba haciendo previamente.
Cada perro aprende de forma distinta y a su ritmo. Debemos convivir con nuestros perros para conocer su forma de ser, crear un vínculo y, sobre todo, que nos asocie no solo con los momentos de trabajo, sino con el juego y la relajación.
Sé, primero, el lugar en donde la pase muy bien y la presencia que más disfruta.
Y la mejor etapa para aprender: los cachorros.
