Los animales tienen todo un desarrollo psicológico y emocional propio, que se estudia a profundidad con la etología. Sin embargo, el impacto del otro lado, sobre nuestra psique, es cada vez más estudiado por los terapeutas de humanos, que encuentran en los animales de familia, al aliado perfecto para asistir y mantener la terapia de sus pacientes en casa. Estos son los cinco mayores impactos que nuestra psicóloga experta en el tema, te recomienda aprovechar.
Fraga Ostos
1. Abraza su compañerismo
Ya hemos roto los paradigmas utilitaristas alrededor de los animales. Sabemos que si bien son increíblemente importantes y tienen un potencial enorme para ayudarnos a ser mejores en la vida en muchos aspectos, no es su trabajo, y no somos los dueños de una herramienta, sino compañeros. Abrazar este concepto, realmente saber que es un compañero y que llegó a tu vida con una misión, abrirá tu corazón y tu mente a los cambios de vida que te pueden provocar, y el potencial que sus emociones tienen sobre las tuyas, explotará.
2. Crea rutinas positivas con ellos
Conceptos como rutina o disciplina, frecuentemente nos trae a la mente sensaciones de esfuerzo, sacrificio y hasta pesar, pero los podemos reformular en nuestra cabeza. Si te cuesta trabajo generar estos patrones positivos para ti, los animales en tu vida pueden ayudar en mucho. Llevar a cabo una disciplina amorosa y positiva, como educarlos, sacarlos a pasear y a que interactúen con otros perritos y personas, es muy importante para su desarrollo, pero al mismo tiempo otorga pretextos responsables para que también tú tengas momentos sociales y hasta algo de ejercicio cada día.
3. Comprende sus emociones
A veces explorar su mundo, es la experiencia más introspectiva del mundo. ¿Te ha pasado que mientras caminas a solas reflexionas cosas importantes? Lo mismo ocurre cuando vamos descubriendo e interpretando las emociones que vemos en los animales. Reconocer que ellos también tienen emociones, de las cuales podemos aprender, así como tratar de entender cómo perciben su mundo, puede resultar en momentos terapéuticos para reflexionar sobre tus propios sentimientos y emociones.
4. No te guardes nada
Con un animal no hay forma de explicar que un acto pequeño significaba varias cosas, o que al darle algo en realidad le estamos expresando un sentimiento. Si es complicado a veces que otra persona entienda nuestros subtextos emocionales aún explicándoles con palabras, con los animales no podemos tener pena, o preocuparnos por el qué dirán. Tú abrázalos, juega, háblales y ríete con ellos aún si estás en público, no guardes nada de lo que te hacen sentir. Proporcionales la mejor calidad de vida, para que cuando tu animalito trascienda, no te arrepientas de lo que no hiciste con ellos.
5. Retribuye lo que te dan
Si bien pareciera que las conductas afectivas de los animales se ganan con comida o cobijo, la verdad es que si solo se tratara de eso, se limitarían a recibirlo sin agredirnos y volver a una rutina de guardia, alarma, o algún rol de manada que nos pagara el favor. En realidad se esfuerzan por nuestra salud, y detectan nuestros momentos más bajos, que es cuando su amor entra en acción. Como nos ayudan a combatir la depresión, soledad, ansiedad y estrés, la manera de compensar a ese, tu terapeuta particular, es otorgándole los cuidados médicos necesarios para su total bienestar.
