Entras a una nueva casa y sientes una mirada sobre ti, un poco después se suma una segunda… y otra más. Estás entrando en una colonia especial, hora de cuidar una manada.
Cecilia González M., Professional Cat Sitter
¿Qué pasa cuándo hay que cuidar una manada? ¿Se divide la atención o se puede individualizar? Pero más importante aún ¿será que a mayor cantidad de gatos, habrá más diversión?
La respuesta a todas estas preguntas es: ¡Sí! Claro, en parte de cuidar una manada es que aumenta el trabajo, pero tiene sus ventajas.
En la mayoría de las ocasiones, cuidar una manada de hermanos jóvenes provoca que una sea espectadora involuntaria de juegos entre ellos, lo cual es sumamente divertido; y en otras hay que unirse al clan, para perseguirse o jugar a brincar, correr y esconderse.
Si hablamos de cuidar una manada de gatitos senior, el nivel de energía claramente es mínimo, pero eso hace que las dosis altas de caricias siempre sean un elemento indispensable en las visitas. He tenido la oportunidad de cuidar una manada así, y es adorable. Los ronroneos nunca terminan, pero hay que ser un poco más programada para repartir bien el tiempo, que a todos les toque su dosis de mimos y apapachos, y de paso revisemos su condición física y emocional cada día.
Algunas veces hay un gato especial en la cohesión familiar. Identificarlo y llevarte bien con él, puede ser la clave con todos los demás.
Pueden ser un clan, una pequeña mafia, y hasta agentes infiltrados del gobierno.
El único gran reto al cuidar una manada consiste en \”volverse pulpo\” en cuanto saben que les toca comida húmeda. Servirles en sus platos y lograr que coma cada uno sin robarle a los otros es un juego a contratiempo, y ahí sí, no hay consejo que valga, ¡estudia al equipo contrario y arma tu estrategia!
Tener a cargo a mayor número de gatos, indudablemente siempre traerá más alegría y diversión.