Puede ocurrirle a cualquiera, y aunque parece aterrador, muchos gatos se recuperan completamente del Síndrome Vestibular Felino con el tratamiento adecuado.
MVZ Verónica Estrada Gil, Clínica Doctora Cats.
El síndrome vestibular felino es una condición neurológica que afecta el equilibrio y la coordinación de nuestros gatos. Puede aparecer de manera repentina y causar mucho estrés tanto en ellos como en sus tutores.
El sistema o aparato vestibular se encarga de mantener el equilibrio y la orientación con respecto al centro de gravedad. Regula la posición de los ojos, el tronco y las extremidades en función de la posición de la cabeza, entonces, cuando se pierde la sincronía entre los dos sistemas vestibulares (derecho e izquierdo), debido a una lesión.
Signos del Síndrome Vestibular Felino
- Inclinación de la cabeza: en movimiento, o en reposo, mantiene una de las orejas más cerca del suelo, por la pérdida del tono muscular “anti-gravedad” de los músculos del cuello del lado afectado.
- Giros en círculos: no necesariamente círculos completos.
- Nistagmos: movimientos anormales, continuos, involuntarios y lineales de los ojos.
- Pérdida del equilibrio: se pueden tropezar o caer.
- Náuseas y vómitos: La pérdida del equilibrio causa mareos y malestar digestivo.
- Letargo: por sentir uno o varios de los anteriores signos, se muestran más apáticos y menos activos de lo habitual.
Las causas del síndrome vestibular pueden ser diversas, desde infecciones bacterianas o fúngicas del oído interno, golpes en la cabeza que dañen las estructuras del oído interno, tumores que presionan los nervios responsables del equilibrio o problemas metabólicos como el hipotiroidismo, hasta malformaciones congénitas o una enfermedad cerebrovascular.
Para una recuperación exitosa, es vital que actuemos rápidamente y proporcionemos el cuidado y amor necesarios, durante el tratamiento.
Siempre debemos comenzar con una visita al veterinario, pues es fundamental tener un diagnóstico preciso, pero a partir de ahí, su tratamiento variará dependiendo de la causa subyacente.
Por ejemplo, si la causa es una infección, los antibióticos o antifúngicos pueden ser necesarios por un tiempo.
Lo que será importante para cualquier diagnóstico, es mantener a nuestro gato en un ambiente seguro y tranquilo para evitar lesiones, y asegurarnos de seguir las indicaciones de su médico especialista, así como acudir a las revisiones necesarias.
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