MVZ Esp. MCPG Dipl. Fausto Reyes Delgado, Hospital Veterinario UNAM-Banfield
La nutrición es un pilar en el cuidado de las mascotas, ya que cubre las necesidades ideales para que tu animalito se desarrolle de forma adecuada, además le proporciona las bases necesarias para que su organismo forme nuevos tejidos que podrán ser empleados en caso de una enfermedad o lesión.
Por ejemplo, suponiendo que necesite cicatrización, esta va a llevarse a cabo correctamente, o en los cachorros ayuda a que tengan un buen desarrollo con respecto a su peso y tamaño, según su raza o características.
Sin embargo, aunque hoy en día existen buenas opciones de alimentos de calidad, todavía hay quienes alimentan a sus mascotas dándoles sobras de comida, la cual no es un alimento balanceado, ni donde se considera su raza, edad, sexo y estado fisiológico, y no las nutren.
Por qué es importante que le des alimentos balanceados
Contienen los ingredientes exactos para el desarrollo óptimo de tu amigo peludo. Su uso se divide en dos corrientes, los alimentos procesados (croquetas) y los tipo BARF (o crudo, por sus siglas en inglés).
Ambos grupos tienen un gran número de adeptos, además con la asesoría de veterinarios especialistas en nutrición, dan como resultado un uso terapéutico de las dietas de mascotas, es decir, se tiene la ventaja médica de que al adicionarles microorganismos o ingredientes especiales van a ayudar a promover su salud digestiva. Y en este punto entran los llamados probióticos y prebióticos, como veremos a continuación.
¿Qué son los probióticos?
Los probióticos pueden definirse como microorganismos vivos que proporcionan un beneficio a la salud, tanto de mascotas como de humanos, y cuando se administran en cantidades adecuadas pueden adicionarse a las fórmulas nutricionales (procesados o BARF), en medicamentos o suplementos.
El Lactobacillus y el Bifidobacterium son los más empleados, pero también se pueden encontrar levaduras como Saccharomyces cerevisiae. Habrás notado que no existe una marca única de probióticos, pero tu veterinario puede orientarte sobre las opciones disponibles para mascotas.
Una buena noticia es que no hay una contraindicación para dárselos, pero por lo general se recomienda su uso y suplementación en seis casos muy específicos, como lo indica el American Kennel Club (AKC):
- 1) En caso de infección o sobre crecimiento bacteriano
- 2) Por estrés
- 3) Para animales viejitos
- 4) Si tu amigo tuvo un tratamiento con antibióticos o esteroides
- 5) En el caso de parasitosis
- 6) Si es una mascota con mala alimentación
¿Qué son los prebióticos?
Aunque el nombre es similar a los anteriores, son muy diferentes. Los prebióticos son fibras vegetales especializadas que favorecen el crecimiento de bacterias sanas en el intestino (microbiota).
Al momento de nacer, el aparato digestivo del cachorro es estéril, por lo que mediante la leche materna se lleva a cabo su colonización por medio de bacterias benéficas. Este mundo de bacterias se conoce de forma general como microbiota, la cual tiene como función ayudar a la digestión de las sustancias encontradas en el alimento.
Y no sólo eso, sino que además limita el número de bacterias oportunistas (aquellas que sólo esperan una oportunidad para colonizar el aparato digestivo) y patógenas (bacterias que producen alguna enfermedad) y tienen una función de protección. Cuando se presenta un problema digestivo y tu veterinario receta antibióticos, afecta a todas las bacterias, incluidas las benéficas, que por lo general disminuyen en gran número, así que proveerlas de un medio adecuado para su crecimiento es una de las funciones de los prebióticos.
Ahora bien, éstos se encuentran en frutas y verduras, principalmente en aquellos que contienen una gran cantidad de almidón y fibra. Estos azúcares no son digeridos por el organismo, por lo que pueden ser empleados como alimento por la microbiota. Los prebióticos estimulan selectivamente el desarrollo de la microbiota benéfica como bifidobacterias, lactobacilos y eubacterias en el colon.
Las fuentes más comunes de prebióticos son azúcares que no son digestibles para tu mascota, y entre las fuentes más comunes están la pulpa o raíz de achicoria, la pulpa de remolacha y la soya. En resumen, existe una gran diferencia entre alimentar y nutrir, además que en la nutrición puedes suplementar la comida de tu animalito con prebióticos y probióticos, los cuales ayudarán al desarrollo de la microbiota “buena” que va a limitar el crecimiento de bacterias patógenas, además de que favorecerán su proceso de digestión.