De riesgos a la salud a intenciones malévolas de robarse tu alma. Afortunadamente hay menos mitos en las mentes modernas, y más gatos en nuestros sillones.
Paco Colmenares, Director Editorial Cat’s Life
Dicen que la ciencia es la mejor cura para las creencias mágicas y los mitos. Si bien esta premisa es absolutamente cierta, cuando se trata de los gatos y las ideas que pueda tener alguien para negarse a dejarlos entrar en su vida, a veces no importa cuántos argumentos científicos o recomendaciones de expertos demos, a cuántas conferencias especializadas le llevemos o cuántos libros le regalemos, el rechazo por creencias profundas seguirá siendo firme.
La verdad es que para esos casos, sólo queda una opción: el ronroneo.
Hace muy poco platicaba en mi comunidad de Titkok sobre la desmitificación felina, y cómo alejarnos de los argumentos mágicos, pues ha ido cambiando la vida de los gatos, reduciendo el nivel de rechazo y, sobre todo, maltrato.
Paco es Director Editorial de Cat’s Life, pero como periodista especializado en animales tiene más de 15 años comunicando en sus redes, y diversos medios, la maravilla de rodear tu mundo de animales, ¡síguelo!
Fue increíble recibir tantos y tantos comentarios sobre el cómo rompieron con creencias de familia, negativas de años, ideas anquilosadas por generaciones y hasta amenazas de médicos que aseguraban que un gato causaría problemas de salud a alguien.
Entre todos los comentarios, me pareció muy importante descubrir que el factor común parecía ser el mismo: una vez que llegó el gato, no volvió a salir, y al contrario, pronto se multiplicaron en casa por más adopciones.
Y es que no hay mito que resista dos rondas de ronroneos.
Es muy importante insistir, claro, que adoptar un gato, llevarlo a la vida de alguien, no puede ser un acto forzado y siempre, SIEMPRE, debe haber alguien en casa dispuesto y comprometido a hacerse cargo por el resto de su vida, sin importar lo que piensen los demás. Pero la verdad es que las historias en donde el gato llegó sin mucha planeación y en cosa de días conquistó a todos en casa, abundan.
La mayoría de las veces la mejor forma de romper un mito, por viejo y firme que sea, es constatando que se trata sólo de eso, una idea basada en nada, con pruebas vivas… que maúllan y ronronean.
¿Pero las alergias?
Uno de los pretextos más comunes para el rechazo a convivir con un gato, es “ser alérgico/a”. Si bien se estima que entre el 10 y 20% de la población tiene alergia a algún animal, no todas las reacciones alérgicas significa que la alergia será permanente.
No estar habituado a cierta proteína (piel, pelo o polvo que está en la caspa del pelo animal) comúnmente ocasiona una reacción en la piel (comezón, enrojecimiento), o incluso ojos llorosos, pero en muchos casos, es pasajera. Sin embargo, si la reacción afecta las vías respiratorias, no dudes y acude con tu médico de inmediato.