Si nos diesen a elegir cuál de nuestros cinco sentidos es el más valioso, la mayoría de nosotros escogería la vista. ¿Qué pasa con las mascotas invidentes?
Artículo escrito por Alberto Taylor Preciado, Médico Veterinario Zootecnista. Dr. en Nutrición Animal por la Universidad de Guadalajara, para The Conversation.
En México, según datos de la Sociedad Mexicana de Oftalmología (2020), existen 416 000 personas con ceguera, lo que lo sitúa entre los 20 países con mayor número de personas afectadas por discapacidad visual.
Tratándose de las personas, es indudable que la atención médica de este problema es un derecho inalienable y universal, que se ve desfavorecido por el costo de los servicios médicos y de alta especialidad. ¿Pero qué pasa con las mascotas?
En México se cuenta con un censo aproximado de 80 millones de mascotas: 43,8 millones de ellas son perros, 16,2 millones gatos y 20 millones una variedad miscelánea de otras mascotas pequeñas (Datos del 2021). Aunque no existen datos actualizados ni bases de censo sobre cuántas mascotas presentan ceguera total, si fuera el 1 % estaríamos hablando de 800 000 mascotas en esta situación, solo en este país.
Bienestar animal y derechos de las mascotas invidentes
El bienestar animal, elevado a declaración universal, establece cinco libertades:
- Libre de hambre y sed.
- Libre de miedo y angustia.
- Libre de molestias físicas y térmicas.
- Libre de dolor, lesión y enfermedad.
- Libre para expresar un comportamiento natural.
En el caso de una mascota invidente, se vulneran tres de esas libertades, concretamente las que tienen que ver con la salud, el bienestar emocional y la libertad de expresarse.
Cuando esto ocurre, el médico veterinario tiene dos opciones que normalmente explica al propietario del paciente. O bien puede practicar la eutanasia asistida (considerando la capacidad de atención del propietario o propietaria aunada de la capacidad económica). O bien, no se sacrifica al animal porque el propietario se compromete a cuidarlo con esmero, consciente de que requerirá una atención de 24 horas al día. En este último caso, aunque la intención sea buena, el propietario no siempre dispone de los recursos para otorgarle atención de calidad.
La organización Humane Society de Estados Unidos expone una serie de consejos para el manejo de mascotas invidentes:
- Mantente muy estricto ante un horario: los horarios de alimentación, los paseos, etc., constantes, ayudarán a tu mascota a saber qué esperar.
- Trata de eliminar los peligros potenciales: cubre las esquinas afiladas de los muebles, bloquea las escaleras, mantén los muebles en un lugar seguro (si los mueves, mueve solo uno a la vez), evita el desorden u otros obstáculos que pudieran serle inesperados.
- Usa señales de sonido para ayudar a las mascotas a navegar y mantenerse cómodas: como campanas de viento junto a las puertas exteriores para guiar a las mascotas al aire libre. Si la mascota ciega se asusta con otras mascotas de la casa, agrega una campana a los collares de sus otras mascotas; intenta hablar con tu mascota antes de tocarla o despertarla para evitar asustarla.
- Incorpora marcadores táctiles alrededor de la casa: coloca tapetes texturizados debajo de los tazones de comida y agua o frente a las cajas de arena y usa alfombras para guiar a las mascotas por la casa. Agrega tapetes cerca de los muebles para ayudar a las mascotas a recordar dónde se encuentran los sillones, por ejemplo.
Para perros que perdieron la vista gradualmente y desean seguir saliendo al jardín:
- Retira las ramas que sobresalen u otros peligros del jardín.
- Agrega cercas alrededor de albercas u hoyos.
- Agrega marcadores táctiles como arena o piedras de jardinería para crear caminos seguros.
- Con el tiempo, tu mascota desarrollará un diseño mental de su dominio y puede aprender a subir escaleras y otros desafíos de manera segura, pero es bueno ser cauteloso: una mala experiencia puede causar lesiones y reducir su confianza.
Convendría que las asociaciones gremiales de médicos veterinarios, las organizaciones civiles defensoras del bienestar animal, los colegios de médicos veterinarios especialistas y otros organismos relacionados llegasen a acuerdos sobre el asunto. Porque el problema no se soluciona solo facilitando al propietario el sacrificio de la mascota: les debemos respeto a todos esos seres que dependen de nosotros.