El comercio de especies exóticas está al alcance de un clic en redes sociales. Un grupo de investigadores ha comprobado que, a pesar de la pandemia, este negocio sigue en auge y escapa de los algoritmos.
Un grupo de investigadores de dos universidades de Inglaterra y Australia que han constatado que el comercio en línea de especies exóticas no ha perdido fuelle a pesar de la pandemia. Un mensaje, un clic, una transferencia. Así de sencillo es conseguir uno de estos ejemplares, incluso en un momento en el que el mundo sufre las consecuencias de una enfermedad al parecer zoonótica (transmitida por un animal a los humanos).
“Cuando se piensa en el comercio de vida salvaje, la gente piensa en tigres, elefantes, rinocerontes y quizás pangolines, pero lo cierto es que se comercia con miles de especies animales, todos los días, en cantidades asombrosas”
Vincent Nijman, profesor de antropología
Para este estudio, los expertos analizaron 20.615 anuncios de Indonesia y Brasil con un alcance de una audiencia potencial de más de 200.000 usuarios.
“Cualquiera puede encontrar estos anuncios, incluso si no tiene Facebook. Y si no, en Instagram, cualquier web de subastas o WhatsApp. Todo lo que tienes que hacer es escribir las palabras clave correctas”, añade Vincent.
El tráfico ilegal se digitaliza
Este estudio ha demostrado que las vías de comercio tradicionales están cambiando y que el comercio online es muy activo. Es un medio en el que existe poco control, aunque depende de los países. En este caso se centra en Brasil e Indonesia, que tienen una gran biodiversidad, pero donde tal vez los controles veterinarios no están tan extendidos.
“La investigación señala que existe un comercio ilegal muy alto de especies que pueden suponer un riesgo y de que no se sabe su papel como reservorios de enfermedades”
Luis Ortega, profesor de la Universidad Complutense especializado en zoonosis.
Los investigadores descubrieron un hecho sorprendente, solo un 0,44% de las publicaciones en redes sociales contenía referencias al coronavirus. Y en muchos de los casos en los que el anuncio mencionaba la pandemia, lo hacía para recalcar que el confinamiento era un momento idóneo para comprar un animal de compañía.
¿Qué países son los grandes consumidores?
China y Estados Unidos. También en Europa hay mucha demanda. Tratan de seguir las reglas y regulaciones, pero hay muchas oportunidades para no hacerlo, puntualiza Nijman.
En 2018 las grandes compañías tecnológicas se unieron con organizaciones de conservación de vida silvestre en la Coalición para el Fin del Tráfico de Animales Salvajes Online. El proyecto incluye a grandes del sector como Facebook, Google, Microsoft o la china Weibo.
Solo en 2019 bloquearon tres millones de publicaciones. “En 2020 llevamos a cabo un estudio de cinco mercados online en Francia y Alemania, con 2.000 anuncios y observamos que la mayoría fueron difundidos por particulares, es decir, coleccionistas o criadores” indica Anna Bahraynian-Thayenthal, del Fondo Internacional para el Bienestar Animal, una de las organizaciones pertenecientes a la coalición.
Estos anuncios se mueven entre las sombras. “Un factor común es que las operaciones aparentemente legales (comercio de mascotas y taxidermia) también son cómplices del comercio ilegal.
“Los vendedores se están adaptando para evitar ser detectados por algoritmos mediante el uso de palabras clave o la publicación de imágenes únicamente. Muchos piden que los animales sean recogidos u ofrecen la entrega en las principales ferias comerciales de reptiles y aves, lo que demuestra que el contacto cara a cara parece ser el principal método de transferencia de animales”
El número de especies con las que se comercia se cuenta por millones. La pandemia no ha reducido el ritmo. Así lo constata Nijman: “Es más fácil enumerar los animales con los que no se trafica que aquellos que no. De la A a la Z se vende todo lo que vaya por tierra, mar y aire”.
Con información de Planeta Futuro de El País.