Es muy común la confusión entre perro de asistencia, de terapia y de apoyo emocional; sin embargo, sus trabajos, requerimientos e implicaciones, son muy distintas.
Jenny M. E. Aragón Leyva, Profa. Experta en Intervenciones Asistidas con Animales
El término perro de asistencia es la denominación genérica para referirnos a un animal que vive con su manejador, el cuál presenta una discapacidad. Este perro ha sido entrenado para realizar tareas específicas que mitigan los efectos de dicha discapacidad con comportamientos muy concretos.
Esto quiere decir que perro de asistencia es un término que en realidad engloba un grupo de perros de trabajo enfocados en asistir a personas con discapacidad entre las que se encuentran la discapacidad visual, la auditiva, de movilidad y algunas otras.
¿Mi perro puede ser un perro de asistencia?
Según las definiciones de la Assistance Dog International (ADI), quien es la coalición sin fines de lucro que engloba a las diferentes asociaciones e instituciones formadoras del perro de asistencia, y referente mundial en la industria del perro de asistencia, los perros que cubren funciones de protección, defensa personal o que brindan algún tipo de consuelo, no califican como perro de asistencia.
Entre los muchos perros que sí están reconocidos por ADI encontramos al perro guía, perro escucha, perro para movilidad limitada, perro de alerta médica, perro de respuesta médica o perro de asistencia psiquiátrica, entre otros.
El perro de asistencia y sus usuarios tienen un derecho único y exclusivo que debe ser respetado: el de accesibilidad. Esto se refiere al derecho que las personas con discapacidad tienen de estar acompañadas por su perro de asistencia en cualquier lugar público, es decir que deben tener libre acceso a todos los lugares donde sus usuarios se desenvuelven.
Hay que recalcar que el derecho de accesibilidad no es del perro de asistencia, sino un derecho del usuario, y este no está vinculado al concepto pet friendly.
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