Existen ocasiones en las que el problema conductual, tiene un fondo de origen orgánico. En estos casos es necesario dar medicamentos o realizar algún procedimiento médico que ayude a resolver este problema.
MVZ MC Dra. Claudia Edwards Patiño, Humane Society International México Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia UNAM
La etología clínica es una rama de la medicina veterinaria que se especializa en identificar los problemas de conducta de los perros y en darles tratamiento. Esta especialidad médica cumple con los mismo principios que cualquier otra, es decir, no ataca los signos sino que busca hacer un diagnóstico del origen o causa del problema.
Por ejemplo, si un perro llega con un problema de agresión, la o el etólogo clínico, realizará los mismos pasos que el clínico para poder encontrar la causa subyacente del problema y así, dar un tratamiento que vaya enfocado en el fondo de la situación.
El ECOP
Una manera de lograr un buen diagnóstico es utilizar la metodología del Expediente clínico orientado a problemas (ECOP), un sistema que permite organizar la información que se obtiene de un paciente para formular un diagnóstico y registrar la evolución clínica.
Este instrumento se compone de cuatro partes fundamentales asociadas con la identificación de los problemas que presenta el paciente y con unas instrucciones que facilitan un diagnóstico de calidad:
1) Base de datos inicial. Historia clínica, examen físico y algunas pruebas básicas como el microhematocrito, examen general de orina o un coproparasitoscópico. Es ideal contar con esta información general pero también se hace una historia clínica especializada en etología, por lo que el trabajo en conjunto del etólogo y el médico de cabecera del perro es una fortaleza y deberá buscarse que esto ocurra así siempre que sea posible.
2) Lista de problemas/ lista maestra. En esta parte el etólogo va anotando todos los problemas que va identificando mientras plática con la familia del perro y observa su comportamiento.
3) Plan inicial. Dentro de este tenemos al Plan Diagnóstico, el cual va a permitir identificar uno o varios diagnósticos presuntivos y diagnósticos diferenciales. Se prosigue a diseñar un Plan Terapéutico para cambiar el ambiente, las interacciones de los tutores y el perro.
4) Notas de progreso. Es importante registrar los progresos o no del perro para ajustar aquello que sea necesario.
Plan terapéutico
Una vez que contamos con nuestro diagnóstico, el plan terapéutico se realiza en esferas:
a) El manejo del ambiente. Muchas veces cambiando algunas cosas en el entorno podemos mejorar mucho la conducta de los perros.
b) Cambios en la interacción con las personas. Sin saberlo, los tutores pueden estar reforzando conductas que están buscando eliminar.
c) Cambiar la conducta del animal. Enseñar al perro nuevas conductas, reforzar estados de calma, entre otras cosas.
En otras ocasiones podemos observar a los perros muy asustados, ansiosos o con otra signología que no le permite entender la modificación conductual. En estos casos ayudar a los perros con nutraceúticos, feromonas y hasta medicamentos psicotrópicos es necesario, pues permitirá que los animales tengan un estado mental que les permita aprender las nuevas conductas que se requieren.
¿Dónde surge el comportamiento?
El comportamiento es el resultado de una serie de procesos que suceden en diferentes partes del organismo de un perro. Reciben información a través de los receptores que tienen interna y externamente, y a esta información se le suma información del estado interno, el aprendizaje que haya tenido ante este tipo de eventos, la genética, la respuesta de la gente y otros animales con los que pueda convivir, etc.
El cerebro entonces procesa toda esta información, analiza los riesgos, detecta la información que manda el sistema límbico y como resultado, se liberan diferentes neurotransmisores y hormonas que llegan a otras partes del cerebro y a todo el cuerpo para poder realizar la conducta apropiada.
Existen más de 40 neurotransmisores en el sistema nervioso. Uno de los más estudiados -que no el único- en problemas de comportamiento, es la serotonina. La serotonina (5-hidroxitriptamina, 5-HT) es un neurotransmisor inhibitorio que ha sido íntimamente relacionado con las emociones y el humor. Es secretado por las neuronas del tronco encefálico y por neuronas que inervan el tracto gastrointestinal.
Parece que la deficiencia en este neurotransmisor tiene un papel importante en la agresividad, también se cree que la depresión es causada por una disminución en los niveles de norepinefrina, serotonina y dopamina en el sistema nervioso central. Por tanto, el tratamiento farmacológico de ciertos tipos de agresión, de la depresión apunta a aumentar las concentraciones de estos neurotransmisores en el sistema nervioso central.
¿Y la medicación?
Estos medicamentos son de manejo delicado, es por eso que, para poderlos recetar el médico veterinario debe contar con una receta cuantificada, la información más detallada puede encontrarse en la página de SENASICA sobre Recetas Médicas Cuantificadas por parte de Médicos Veterinarios.
Como se puede leer recetar este tipo de medicamentos conlleva éstas y muchas otras regulaciones adicionales, además de un conocimiento amplio de fisiología, medicina y etología clínica.
No en todos los casos de conducta se requiere del acompañamiento de medicamentos psicotrópicos, el trabajo conjunto del médico de cabecera del perro, el médico etólogo y el tutor del perro es la base para tener los mejores resultados para el tratamiento de problemas conductuales.