Cuando involucramos en la vida de un animal, a un cachorro de humano, o viceversa, estamos creando una experiencia que forma parte de la vida de ambos para siempre.
Paco Colmenares e Isabel Martínez, Los editores
Pero para asegurarnos que esto ocurra con éxito, es fundamental entender que nunca un niño o niña serán responsables realmente del animal, ni podemos suponer que toda reacción de los animales, será mágicamente guiada por sabiduría protectora hacia los pequeños.
En Pet’s Life hace tiempo dejamos de lado la idea de que nuestra información educa niños y jóvenes, justamente porque no es responsabilidad de ellos acercarse a la información de bienestar.
En su lugar, tratamos de ser accesibles y comprensibles, pero siempre apelando a que los adultos de casa nos llevarán como herramienta educativa si podemos aportar.
Un animal, frente a un niño, debe ser motivo de juego, sin ser un juguete.
Y sí, claro que pueden ser un gran pretexto para enseñarles sobre disciplina, paciencia, respeto a la voluntad de terceros, salud, prevención y muchas cosas más, pero lo que mejor puede motivar a un pequeño a aprender de todo esto, es saber que con ello, se gana el cariño sincero de su animal compañero, y además, las horas de juego y complicidad que eso trae.
Celebramos la infancia de humanos, perros y gatos, que al final, todos son cachorros aprendiendo constantemente a vivir.
¡Disfruta la edición completa de abril 2024, aquí!