Si tienes un gato en casa, aparte de ofrecerle todos los cuidados que necesita, deberás revisarle la boca o pedirle al veterinario que lo haga con cierta frecuencia.
MVZ. Karin Vomend Álvarez
Aunque ellos rara vez sufren de caries, existen varios padecimientos que afectan su boca y que probablemente no los notes hasta que se encuentren en un estado avanzado. Es por esta razón que la boca de tu gato debe revisarse por lo menos una vez al año.
Las enfermedades más comunes
El problema que sufren con mayor frecuencia es la estomatitis, la cual es la inflamación de las encías. La mayoría de las veces es el resultado de algún cuerpo extraño (generalmente un hueso) atorado entre los dientes. Si no es tratado, se le pueden formar úlceras y afectar la integridad física de sus dientes.
Existe también una enfermedad llamada Calicivirus felino que puede también producir úlceras en boca y lengua. Esta enfermedad se evita si los vacunas anualmente contra esta enfermedad. Esta vacuna se encuentra integrada en una triple o cuádruple.
Los gatos que se enferman de la boca babean constantemente y a pesar de que no dejan de comer, tienen dificultad para masticar el alimento. Si le das a escoger entre alimento seco y húmedo preferirá siempre el más suave. También presentan un aliento muy desagradable (halitosis).
Si presenta alguno de estos síntomas debes llevarlo a que lo revise un médico veterinario. Es factible que tenga además un problema de sarro y deba quitárselo Cuando los gatos sufren de exceso de acumulación de sarro en los dientes pueden llegar inclusive a perder algunas piezas dentarias.
La mayoría son renuentes a que se les revise la boca por lo que es común utilizar un anestésico para poder revisar toda la cavidad con detenimiento. Aprovecha la esto para practicarle una limpieza dental a fondo.
Algunos otros problemas que se pueden encontrar en la boca de los gatos son tumores de encías, lengua, labios y nariz. La mayoría de los problemas médicos se deben de atender de inmediato. Esperarte a ver si se resuelven solos solamente disminuye la posibilidad de que se recupere o que sea más difícil tratarlo.
Una mascota sana, es una mascota feliz