Adoptar a un perro es un acto de amor hacia ese ser vivo que lo necesita y hacia el mundo. Que tú estés completamente listo, para no hacerlo en falso, es fundamental.
Psic. Fraga Ostos
Cuando tomamos la decisión de adoptar a un perro, podemos tener emociones y sentimientos positivos y otros que no lo son tanto, como el estrés, ya que la dinámica de vida puede cambiar. En tu día a día, hay que considerar muchos aspectos y no dejarnos llevar por las expectativas de ciertas razas de perros. Realmente, cuando quieres cambiar la vida de un animalito, existen puntos más importantes que debes tomar en cuenta.
Antes de adoptar, considera el espacio y entorno en donde vivirá, de manera objetiva y realista
Recordemos que muchos perros en adopción han sufrido maltrato y tienen miedo de los humanos. Por lo tanto, con las instrucciones de veterinarios y rescatistas para su rehabilitación y, con el fin de que, poco a poco, confíe en ti, deberás esforzarte por tener más paciencia que nunca, por encima quizá de cualquier límite que tengas.
Los perros rescatados son los más leales, independientemente de si son de raza o mestizos, pero es bien sabido que los perros mestizos suelen vivir más años, puesto que no cargan consigo las enfermedades que conllevan la consanguinidad de los perros de raza. No vayas a adoptar con una idea preconcebida de colores y formas. La mente abierta es la mejor herramienta para sentir la conexión sin forzarla.
Pregúntate si realmente estás preparado para adoptar una vida. Adoptar un perro o gato es una de las decisiones más generosas que tomarás, pues además de darle la oportunidad al animal que adoptas, dejas un lugar disponible para que sea ocupado por otro animal abandonado y demostrando la gran empatía que tienes.
Siempre considera que tus decisiones crean cambios en tu vida y no te dejes llevar por la impulsividad. Debes estar preparado para los problemas y disponer del tiempo necesario para resolverlos, sin frustración.
¡Puedes adoptar o ayudar a que otros se adopten!
