Aunque la mayoría de las comidas para mascotas nos alejan por su fuerte olor, siempre está la duda – muchos tutores dicen \”supervisar\” la alimentación probándola – sobre cómo sabe lo que le damos a nuestro mejor amigo y la mayoría hemos probado al menos una vez su alimento.
¿Alguna vez has querido probar una bolita de pienso que de lejos parece un nuevo cerela de maíz cubierto de chocolate? Te armas de valor y a pesar de cómo huele, te lo comes.
Solo por curiosidad o por asimilación de lo que tu amiguito come diariamiente, terminamos cayendo en la intriga y queriendo resolver nuestra duda. Aquí es donde los mitos y la desinformación aparecen, pues mucha gente te dirá que probarlo podría enfermarte o hasta matarte. Pero, ¿qué es verdad?
Aquí entran muchos factores en juego, lo más importante que debes saber es que el que te haga daño depende de su conservación y no tanto de su composición. Esta fue la respuesta a la que llegó Donavyn Coffey en \’Live Science\’, reuniendo la respuesta de numerosos expertos.
La importancia del almacenamiento
Como sucede con nuestros propios alimentos, no se deben probar crudos, pues posiblemente estén \”contaminados\”. Para saber si lo están, debemos conocer cómo fueron almacenados, pues existen patógenos transmitidos por los alimentos, como la Salmonella y la E. coli, que pueden estar presentes en los alimentos para mascotas de la misma forma que en alimentos humanos.
Lamentablemente, mucha gente presta menos atención a la forma de conservar la comida de su mascota como la suya propia. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos recomienda almacenar alimentos secos y enlatados para mascotas en un lugar fresco y seco, donde no se superen los 26,6 grados Celsius.
Bien almacenada, ¿debo probarla?
Considerando que se tienen muchas precauciones con los alimentos de tu mascota y la contaminación de los mismos tiene miníma probabilidad, ¿realmente quieres probarla?
Muchos de estos productos cuentan con un etiquetado claro: \”No apto para el consumo humano\”. Harina de huesos, restos de carne y de visceras (como estómago, intestino grueso o la lengua) de los mataderos de otros animales, así como soja y grano de las plantas de procesamiento suelen ser los principales componentes de los alimentos secos para mascotas.
Si no te han generado asco los componentes de sus alimentos, hay otros ingredientes que sí podrían enfermarte: los alimentos para perros incluyen vitamina K, que puede ser tóxica para los seres humanos en grandes cantidades, según señala Hunnes.
Tanto los perros como los gatos fabrican su propia vitamina C, un nutriente que los humanos deben obtener de su dieta, por lo que eso se deja fuera de algunos alimentos para mascotas.
Pero si aún no te quitas la curiosidad de probarla, ¡adelante! una pequeña pieza de pienso es una cantidad muy chica para tener un efecto negativo. Solo evita repetirlo.