No más “gorditos y bonitos, muchachos”
La diabetes canina es una de las enfermedades cuyo método de prevención o control es más sabido, pero sigue siendo demasiado común en perros… y sus propietarios.
MVZ Ana Paola Velasco Espinosa
La diabetes canina es una enfermedad crónica y común, ocasionada por cambios en el metabolismo de la insulina, ya sea por una resistencia o deficiencia (parcial o total) de esta hormona encargada de controlar los niveles de glucosa en sangre.
La glucosa es la fuente principal de energía para todos los procesos fisiológicos que suceden en el cuerpo de nuestras mascotas.
Se presenta a cualquier edad, pero los pacientes geriatras tienen una alta probabilidad de desarrollarla. Uno de los factores de riesgo es la obesidad, la presentación de algunas enfermedades como el hiperadrenocorticismo o casos de pancreatitis, así como el uso prolongado de medicamentos como los corticosteroides. En el caso de las hembras se debe considerar que se presenta con mayor frecuencia en aquellas no esterilizadas.
Signos
La diabetes canina crónica produce signos como: orinar en exceso, tomar mucha agua y tener apetito constante y a pesar de esto último, tienen pérdida de peso y debilidad. Algunos pacientes pueden presentar cataratas e infecciones recurrentes por la susceptibilidad a los microorganismos que genera la enfermedad.
Cuando se presentan cualquiera de estos signos se debe acudir con el profesional de la medicina veterinaria quien además de realizar un examen físico completo, recomendará estudios de sangre y orina, así como de imagen para llegar a un diagnóstico preciso y comenzar el tratamiento.
La diabetes canina se puede controlar, pero implica compromiso y paciencia del propietario, ya que se toman muestras frecuentes de sangre para medir la cantidad de glucosa y dar una dosis determinada de insulina o cualquier otro medicamento indicado por el médico para cada paciente.
Adicionalmente los pacientes necesitan dietas altas en fibra y actividad física regular. En cada paciente los signos, complicaciones y cambios son particulares, por lo que se necesita un seguimiento estricto de cada caso.
Siguiendo el tratamiento, acudiendo a las revisiones y realizando los estudios de laboratorio de control, los pacientes pueden tener una vida larga y de calidad.
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