“No nos conocemos, tus brazos extendidos no me significan caricias, sino una amenaza”. ¿Sabes cómo presentarte en el primer encuentro con los gatos? Obtén una buena impresión y una relación buena desde el inicio.
Redacción Cat’s Life
Es difícil resistir la tentación de acariciar o hasta cargar a un nuevo gato en el primer encuentro, especialmente cuando es de casa y sus humanos dicen que es amigable.
Sin embargo, sin importar lo amistoso que pueda ser o parecer un michi, no podemos olvidar nunca su naturaleza precavida, previsora, los milenios de cazador sigiloso en su genética que le impiden ser un cachorro cariñoso así, en el primer encuentro.
Ya sea que visites una casa con gatos, te encarguen cuidar de uno o acabas de rescatarlo de la calle, los primeros días es importante que lo tomes en cuenta: tus brazos y manos, por amorosos que sean, para ellos son amenazas de captura que los estresan y para los que no tiene buenas referencias aún.
El primer encuentro con un nuevo gato requiere comprender e imitar un poco su lenguaje.
Movernos lento, con pocos ruidos, sin gritos ni demasiados aspavientos, será la regla general. Imagina que eres uno de ellos y estás entrando a un territorio con desconocidos potencialmente peligrosos.
Brazos estirados y manos abiertas, es una posición similar a cuando ellos sacan las garras para atacar. Es amenazante cuando no están acostumbrados a ti.
Aún si el humano que visitas es un gran amigo, evita las palmadas fuertes en la espalda o las risas estridentes, si en verdad quieres conectar con el gato después.
Y de ahí, al acercarte, ve respondiendo a su actitud.
¿No se aleja, se queda quieto? Busca tu lugar en la mesa o la sala y siéntate con calma. ¿Se te queda viendo sin huir? Haz contacto visual de vez en cuando, pero tampoco sostengas la mirada todo el tiempo.
¿Se acerca a tus pies? Deja que explore, y puedes bajar la mano lento, sin enseñar la palma o los dedos como cuando quieres agarrar algo, sólo aproxímala para que la huela. ¿Se levantó y estiró sus manitas? Te puedes atrever a un contacto más franco. Ganaste la confianza y se está arriesgando a más. ¡Ve por todo su amor!
Y si son varios gatos, ¡siempre gánate al jefe de la mafia primero!