Cómo saber si tu perro está muy consentido

¿Qué tan malo es consentirlo? Cómo definimos el nivel de “consentimiento” que le damos y cómo podemos modificarlo para quererlo tanto, sin motivar malas conductas.

MVZ EMCV (EC) Aline Ixtab Morales Estrada

MVZ EMCV (EC) Alejandro Pérez Castañeda

Especialistas en etología clínica

Uno de los comentarios que solemos escuchar de forma común cuando se tiene un perro es “es mal portado porque lo tiene muy consentido” y de ahí se derivan los pensamientos como “¿habré hecho mal en dejarle subir a la cama?”, “no debí haberle dejado subir al sofá”, “el que tenga tantos juguetes le afectó”, etc., pero ¿realmente esto puede dañar en su comportamiento?, para nosotros la respuesta sería “no”.

La realidad es que nuestros perros no se vuelven mal portados por el simple hecho de permitirle ciertos comportamientos, sin embargo, en ocasiones podríamos entrar en caos si ciertas conductas no fueron aceptadas del todo por parte de la familia o si en algún momento cedimos y posteriormente cambiamos de opinión.

Qué es lo no aceptado

Vayamos primero por conductas que no son aceptadas del todo por la familia. En este punto entra el tema de criterios uniformes, esto se refiere a las reglas que habrá en casa. Cuando integramos a la familia a un perro, es importante que los integrantes se reúnan para definir lo que tendrá permitido nuestro perro y lo que no, ya que esto podrá evitar problemas en casa y nuestro perro sabrá exactamente las reglas del juego. Es importante que todos los integrantes recuerden y respeten dichas reglas ya que si alguno falla en esto, el perro vería la oportunidad de obtener algún beneficio.

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¿Cómo podríamos definir dichos criterios?

Para tener idea si permitiremos o no ciertas conductas, podríamos imaginar todos los escenarios, con visitas, sin visitas, con pijama, con traje de gala, con niños en casa y sin niños, nuestro perro sucio y nuestro perro recién bañado, etc.

Pongamos un ejemplo, acabamos de bañar a nuestro perro y le permitimos subir al sofá, sin embargo, una semana después salimos a pasear con él y estuvo en la tierra por lo que se ensució, llegamos a casa y nuestro perro se sube, ¿esto nos incomodaría?, si la respuesta es sí, entonces nuestro perro nunca podrá subirse al sofá, porque ellos no saben diferenciar entre “estoy sucio y no me puedo subir” a “me acaban de bañar, me puedo subir”, de igual forma puede subirse con o sin visitas, con o sin niños, etc.

Reglas y costumbres

Dichas reglas nos ayudarán a que nuestro perro tenga predictibilidad en su vida, evitaremos que entre en un caos y luego sea castigado por algo que en algún momento alguien le permitió. Entre más claro tenga el mensaje, menos problemas dentro del hogar.

Un perro que puede subirse al sofá o a la cama, no es un perro que esté dominando la casa o la familia, como lo hemos hablado anteriormente, el perro no está en el mundo para controlar al humano, el perro sólo busca sentirse confortable e integrado dentro de un grupo social.

El comprarle juguetes todos los días o que le demos un juguete nuevo cada que vayamos a una tienda de mascotas, no es malcriarlo, ellos no tienen el mismo pensar que el humano. El error que sí podríamos estar cometiendo es dejar todos esos juguetes a su libre acceso y provocar que pierdan su función, ocuparlos en algo. Recordemos que la cantidad de juguetes no definen la cantidad de diversión en un perro, pueden bajar su valor si lo ven todos los días del año, llegando a aburrirles o bien, llegan a no prestarles atención porque la mayoría requiere de una interacción social y nadie se la provee.

Consentir y problemas de conducta

Dejemos de estigmatizar el consentir a nuestros perros y siempre relacionarlo con problemas de conducta. En lugar de esto, debemos poner mayor enfoque en las necesidades básicas de un perro, como que tenga todos los días actividad física, actividad mental (juguetes interactivos), interacciones sociales de calidad (con perros y personas), revisión semestral o anual en el médico veterinario, proveer una estimulación temprana si es un cachorro, alimentación de calidad y sobre todo mucho amor.

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