Estas fechas es de comer y comer, pero por supuesto echémosle la culpa al frío y la cantidad de calorías que necesitamos para sobrevivir el invierno.
María Isabel O. Martínez Vargas, M. Esp. Negocios Veterinarios
Por esta razón y por la presencia de más gente en casa, nuestros peludos corren el riesgo de malestares estomacales por los “extra” que llegan a su poder.
Evítate idas de emergencia al hospital en plena cena navideña -o en el recalentado-, y mejor festeja con ellos con comida especial ¡para ellos!, así lo único que debes decidir es entre paté o estofado.
Si es muy comelón y lo que le pongas enfrente primero come y luego pregunta, el paté es ideal. Puedes ponérselo en algún juguete interactivo y dejar que lo disfrute lento mientras ustedes brindan.
Si tiene modales y disfruta con calma su alimento, ¡el estofado le encantará!, ya que sus trocitos de carne y su salsa gravy se mezclan perfecto con sus croquetas, dándole una cena exquisita sin riesgos de regurgitación.
Sea la presentación que sea, dosifícala dependiendo el tamaño de tu peludo. Si es de talla pequeña, puedes dividir el contenido en 4 porciones y dárselas espaciadas a lo largo de uno o dos días. Si es de talla grande, elige el momento correcto para no exceder su ración diaria y no le des más de un sobre/lata al día.
¡Y disminuye un poco la cantidad de croquetas para no afectar su ración!