Precaución, apoyo en el diagnóstico, confirmación de una sospecha. Las pruebas de laboratorio son una herramienta ágil e indispensable en la medicina moderna.
MVZ Fausto Reyes Delgado, Hospital Veterinario UNAM-BANFIELD
Una de las prácticas que se ha modificado con el paso de los años en el cuidado de las pequeñas especies, es realizar consultas y procedimientos quirúrgicos apoyándose en lo que se conoce como medicina basada en evidencia.
Dentro de los protocolos más usados actualmente se encuentran los estudios o pruebas de laboratorio, los cuales sirven para:
- Confirmar la sospecha del médico sobre algún proceso anómalo. El error más común en este punto es realizar estudios para “ver qué sale”.
- Conocer la evolución de un paciente como respuesta a un tratamiento y una enfermedad específica.
- Como control preanestésico o para inicio de medicación en condiciones específicas.
Estos estudios generalmente se realizan en ayuno de alimentos sólidos de 8-10 horas excepto en cachorros, en pacientes gerentes, pacientes con necesidades especiales o en aquellos en los que considere el Médico Veterinario encargado del caso.
Entre las pruebas más comunes se encuentran el hemograma, la bioquímica sanguínea, el urianálisis o examen general de orina y los estudios coproparasitoscópicos. A estas pruebas se pueden añadir las relacionadas a la detección de enfermedades hormonales, funcionamiento de otros órganos como el páncreas, electrolitos y enfermedades infecciosas.
El no realizar los estudios de laboratorio ocasiona pérdida de tiempo para el inicio del tratamiento y que el pronóstico sea cada día peor.
De lo general a lo particular
En el hemograma lo que el médico revisa es la cantidad y tipo de leucocitos (glóbulos blancos), que nos pueden indicar que todo está bien, que hay inflamación o podríamos estar frente a un problema de parásitos, inflamación o hasta un tumor.
La bioquímica nos deja ver el estado de órganos internos como el hígado, el riñón y el páncreas, además de que esto puede complementarse con pruebas más sofisticadas tanto de sangre como de imagen (rayos X, ultrasonido, resonancia magnética o tomografía).
Con el urianálisis se puede ver el trabajo de los riñones y la posibilidad de confirmar enfermedades como infecciones de vías urinarias, hasta tumores.
Por último el coproparasitoscópico, nos ayuda a determinar la presencia de parásitos, hongos o bacterias y de qué tipo se tratan, para así poder dar un tratamiento adecuado.
Este grupo de pruebas en muchos lugares se les conoce como “perfil básico” y en caso de alguna enfermedad es posible que el Médico Veterinario solicite alguno o todos estos estudios para un diagnóstico preciso y por lo tanto un pronóstico y tratamiento adecuados.
El no realizar las pruebas (generalmente el tutor del paciente no acepta que sean tomadas las muestras), hace que el diagnóstico pueda demorarse o no ser el adecuado y eso sólo va en contra del bienestar del paciente.
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