Sí, todo en tu vida va a cambiar aprox. 7 años después de haber tenido ese cachorro imparable, incluyendo tu lista del súper.
Ma. Isabel Oyuky Martínez V, Coordinadora Editorial Pet’s Life
Hay una etapa en la vida de un cachorro que es el perfecto equilibrio entre energía, fuerza y habilidad que más que perro, se vuelve velociraptor. Nada lo detiene, nada lo cansa; no hay barrera, puerta, juguete o cama que soporte su modo loco activado.
¿Y sabes qué? ¡Es una etapa maravillosa! Cuando sabes que si hay silencio es porque algo está haciendo, donde un “¡¿qué traes en el hocico?!” indudablemente se volverá una corretiza por toda la habitación. Sin embargo, es pasajera…
Acercándose a su cumpleaños número 5 o 6, empezarás a notar que ya no es el mismo de antes. Todavía es fuerte, sin duda, pero ya no corre tan rápido como lo hacía, o si lo hace, se cansa en menor distancia. Sus brincos cada vez son más esporádicos y duda incluso subir a la cama en un solo movimiento.
Su etapa geriátrica está por llegar y con ella, un perro nuevo, un perro distinto. Ahora será un compañero más sereno, ideal para una tarde lluviosa de series en casa y de caminatas tranquilas.
Es momento en el que tu vida, tu rutina, cambia junto con él, se adapta para él, a veces, sin que te des cuenta. Así pues, las visitas al médico veterinario deberán ser un poco más frecuentes, el cuidado sobre algún malestar nos preocupará más.
En casa, optarás por superficies más suaves y menos resbalosas. Incluso harás modificaciones en tu hogar como cambiar muebles, quitar unos, comprar nuevos, más bajos, más amplios. En tu lista del súper incluirás pañales cubrecama, pedirás por internet uno o dos protectores de colchón impermeable, colocarás cintas antiderrape en las escaleras y en el piso de la cocina, cambiarás su cama por una más acolchonada porque te darás cuenta que ahora prefiere pasar más tiempo en ella.
En esta etapa te regará su lado tierno, incluso frágil… Es momento de devolverle lo que nos dio años atrás. Es cuando debemos pagarle esas risas, aventuras y locuras con más amor, más cuidados y más tiempo, porque sabes que queda cada vez menos.
Y un día, te verás tachando de tu lista del súper los pañales, ya no los necesitarán.
¿Y si la vida termina apenas al comenzar?