Medicar a un gato no es tarea fácil, pero tener un vínculo de confianza, facilita las cosas.
Cecilia González M., Professional Cat Sitter
La manera más “sencilla” y usada para medicar a un gato, siempre será revolver la medicina con esa comida que los enloquece, la que les da poderes telepáticos y de teletransportación (porque con que tomes la latita o sobre, aparecen de la nada).
Pero hay gatitos con un paladar y olfato exigentes, que detectan cualquier anomalía en su comida, que por nada del mundo la probarán y es ahí cuando empieza el verdadero reto.
Hay diversas formas de medicar a un gato, pero no siempre son bien recibidas siquiera para su humano de compañía, ¿y qué pasa cuando este no está y su cat sitter es la persona encargada de esta tarea?
Eventualmente entienden que es por su bien… o que no hay escapatoria.
Es muy importante que después de medicar a un gato, ya sea pastilla o inyección , lo dejes huir, y pasados unos minutos le hables con cariño o muestres que estás “arrepentido”, ofreciéndole algún premio o bocadillo que les guste mucho.
Habrá uno que otro gatito que no querrá saber de ti y prefiere que te vayas lo más pronto posible, exiliado de su reino… Logras más respetándolos, que imponiéndote. Nunca ganarás y sólo conseguirás que desconfíen de ti.
Al decir \”medicar a un gato\”, viene a mi mente un gatito que cuido, con una cardiopatía, quien no me deja acariciarlo después de su medicina, y aunque se pasea cerca y sabe que estoy ahí para él, no me permite acariciarlo, hasta el día siguiente que regreso. Y eso está bien.
Debemos aprender mucho de los gatos en cuanto a respetar su espacio, querer sin invadir y que la paciencia y perseverancia todo lo alcanza.