Observar a los animales de tu hogar comer con gusto y alegría, provoca una sensación de bienestar y la tranquilidad de que al menos en lo general, están bien, pues el apetito y la actitud al comer son siempre un buen indicativo.
MVZ Ana Paola Velasco Espinosa
Sin embargo, solemos olvidar que el momento de dar de comer no termina cuando dejaste el plato listo y nuestros animales vienen a él, pues el proceso digestivo, que tomen agua, el estado en que quedan los platos y lo que podría resultar en sus dientes, son también parte de “comer” y mantenerlo en mente como parte de un todo, ayuda a que no pasemos por alto buenos hábitos que inciden en la salud.
Por ejemplo, lavar los platos con regularidad, o mejor aún después de cada uso, evita que se formen bacterias en los residuos minúsculos que pueden quedar en ellos, que se atraigan hormigas o se forme sarro en las rayaduras o hendiduras.
Así también funciona la limpieza oral. Quizá no lo vemos frecuentemente, pero los dientes van generando sarro y almacenando restos de comida paulatinamente, y cuando nos damos cuenta es normalmente porque ya hay algún problema en cierta medida.
Sigue estos consejos para mantener una buena higiene oral en perros y gatos:
Más vale prevenir.
La rutina del lavado dental se puede enseñar desde que un animal es cachorro. Esta la podemos hacer en casa con ayuda de un cepillo o un dedal de uso veterinario en el que pondremos un poco de pasta para tallar los dientes por todas sus caras. La pasta no necesita enjuagarse y como está saborizada para ellos será un manjar.
Esto quitará de manera preventiva los restos de alimento evitando la formación de placa dentobacteriana y el consecuente sarro dental. Esto se debe hacer por lo menos una vez a la semana, diariamente es ideal. Si no le enseñaste desde que era un cachorro no te preocupes, nunca es demasiado tarde para que aprendan.
Cuando se necesite, el veterinario recomendará realizar una profilaxis dental.
Esta se realiza bajo anestesia general y consiste en quitar con ayuda del escariador (el mismo que utilizan en humanos) los restos de alimento, sarro o placa dental que se forma en cada lado de los dientes y entre ellos.
La frecuencia con la que se realiza depende de cada paciente, pero antes de hacerlo el médico recomendará una revisión y estudios de diagnóstico para disminuir riesgos en la anestesia.
¡Nunca uses pasta para humanos, es tóxica para perros y gatos!
Cuando las piezas dentales están muy sucias se forma un cálculo alrededor del diente
Esto provoca que las raíces queden expuestas porque la encía se retrae. La raíz expuesta hace que las piezas queden sueltas, que se produzca dolor o infección por lo que el profesional sugerirá hacer una extracción dental.
Esta se realiza bajo anestesia y evita que las bacterias viajen por la sangre o a los senos paranasales donde se crean abscesos y fístulas por las que drena el exudado.
¿Cómo reconocer que existe un problema?
Si tu mascota tiene mal aliento, dolor al morder, pocas ganas de comer, las encías muy rojas u observas sangre en la boca o saliva, será necesario acudir a consulta con el médico veterinario.
Otra cosa que puedes adicionar a la rutina de limpieza es el uso de juguetes masticables o carnazas que fomenten la mordida y el roce de los dientes con el objeto. Pero ten mucho cuidado, estos siempre se dan bajo supervisión y sólo por un rato para evitar consecuencias graves.
Si realizas la limpieza aún sin problemas subyacentes, de hecho no es una rutina tan complicada ni molesta, y puede ser un momento del día para compartir juntos y vincularse aún más, mientras velas por su salud.
Si bien no es un escenario deseado, perder piezas dentales no tiene que representar una disminución en la calidad de vida.