Las historias que debemos cambiar.
Gatos deambulando por la calle, acostados en una cornisa, una barda, o sentados apreciando el paisaje desde algún techo, han sido parte del paisaje urbano y semi urbano desde hace siglos.
Sí, los gatos callejeros parecen un elemento natural para las ciudades, pero eso no hace a la calle parte de la naturaleza del gato, sino siempre, una circunstancia. Podemos entender a los gatos que vemos en la calle como 3 tipos:
Gatos ferales
Los que nacen y llegan a adultos en la calle, difícilmente permiten contacto con seres humanos. Su expectativa de vida es mucho más corta que un gato de casa. Si alguien los alimenta y, mejor aún, esteriliza, podemos verlos mejor como Gatos Comunitarios, aún si, de todas formas, nunca entran a una casa.
Gatos semi domiciliados
Generalmente duermen en alguna casa, patio o jardín privado. A veces en varios que intercalan. Pueden tener una o más familias que los ven como parte de su casa, y ahí los alimentan en parte, a veces les dan alguna atención médica. Les gusta el contacto humano, pero entran, salen y vagan por la colonia libremente. Su expectativa es incierta, pero enfrentan muchos factores que pueden acabar con su vida repentinamente.
Gatos en abandono
Se salieron, fueron extraviados o los abandonaron cuando ya sabían estar en una casa. No son buenos para conseguir alimento ni socializan mucho con otros gatos. Su expectativa es bajísima, pueden morir incluso de depresión.
Comunidades de gatos
Los gatos comunitarios forman colonias, es decir, grupos cerrados de cierto número de gatos (como los que parodian Don Gato y su pandilla), pero si no están esterilizados, pueden crecer sin control, y muchos sufrirán antes de adaptarse. Es muy útil que si hay gatos en tu vecindario a los que les gusta tu contacto, aproveches para ayudarlos.
Ya sea en tu casa, poniéndolos en adopción después de esterilizarlos, o haciendo TNR, ayudar a un gato callejero impacta sobre su vida, la tuya, la de otros gatos de la zona que tendrán menos conflictos, y a la fauna silvestre local.
En este Día del Gato Callejero, recordemos que esa circunstancia, ¡es deber humano cambiarla!