Ayudando a sobrellevar el duelo canino

El duelo son las respuestas emocionales que surgen ante una pérdida significativa, y que ayudan a adaptarse a la vida sin aquello que perdimos.

MVZ EMCV (EC) Edna Amellalli Ramírez Ruiz, K’uub Veterinarios de la Conducta

Los perros, al ser animales sociales, son capaces de desarrollar vínculos con los seres más próximos independientemente de su especie, lo cual vuelve lógico que resientan la ausencia súbita y prolongada de un individuo con quien tenían un vínculo, incluso si éste no falleció, pero sufren una separación abrupta y definitiva.

Aún no se han determinado los patrones de conducta específicos del duelo en los animales, sin embargo, se observan algunos cambios inespecíficos en el comportamiento de los perros tras el deceso de un ser querido.

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El duelo

Lo esperado es que, tras varias semanas, las conductas afectadas vayan retomando paulatinamente la normalidad. Las conductas afectadas con mayor frecuencia son:

  • Conducta de alimentación: Los perros afectados suelen comer en menor cantidad o en horarios diferentes a los usuales, lo cual puede traer como consecuencia alteraciones en el peso corporal, así como afecciones gastrointestinales.
  • Conducta de descanso: De acuerdo con las observaciones documentadas, la mayoría de los perros afectados suelen incrementar sus horas de sueño y descanso, por lo que se les ve menos activos. No obstante, también es frecuente que la calidad del sueño decrezca.
  • Conducta de juego: Se ha reportado que los perros tienden a disminuir la conducta de juego y otras actividades que solían disfrutar antes de la separación.
  • Conducta social: Se ha observado una gran variación en estas conductas, puesto que, mientras algunos perros incrementan la búsqueda de compañía, contacto con los miembros que quedan en el grupo social, ha habido otros que suelen aislarse. Es de suma importancia poner atención en estos cambios, puesto que el trastorno de conducta que más frecuentemente aparece tras la separación abrupta y prolongada (o definitiva), es la ansiedad por separación con uno o más individuos del grupo social.
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¿Cómo podemos ayudar?

  • Rutina: Es necesario retomar lo más pronto posible la secuencia de actividades de nuestro perro. Por ejemplo, mantener los horarios y lapsos de alimentación, descanso, paseo, tiempo de calidad, juego, etc. El cambio abrupto, suele generar ansiedad en los perros, por lo que, mientras más estable pueda ser su vida, será más sencillo que poco a poco retome sus conductas normales.
  • Comida: Si nuestro perro disminuye su consumo de alimento o lo retoma en otros horarios, lo recomendable es estimular su apetito, se puede poner un aditivo delicioso, autorizado por su médico veterinario, al alimento habitual. También es recomendable que acuda a una revisión veterinaria para descartar que, además del dolor emocional, esté padeciendo alguna alteración médica.
  • Actividad física: Es muy importante retomar los paseos o cualquier tipo de actividad que solía tener antes de la separación. Si se muestra renuente a caminar o moverse, se le puede incentivar con un poco alimento; si a pesar de ello no muestra interés, no se le deberá forzar, sino intentarlo unos minutos después.
  • Actividad mental: Es fundamental darle algo qué hacer, los juguetes interactivos que puedan rellenarse de comida y el enriquecimiento ambiental le brindarán la posibilidad de ocupar su mente en algo agradable que pueda hacer por sí mismo. Los programas de entrenamiento con reforzamiento positivo, pueden ser una excelente manera de complementar la actividad mental.
  • Interacción social: Es crucial mantener la interacción social lo más parecido posible a lo que solía ser antes de la ausencia del otro individuo. Si nuestros perros incrementan o demandan nuestra convivencia, es necesario brindarles actividades agradables que puedan hacer por sí solos durante los momentos en los que usualmente no convivíamos y que, cuando lleguen los momentos del día en los que sí solíamos interactuar, les brindemos ese tiempo de calidad de manera confiable. 
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Los expertos

Si nuestros perros llegaran a presentar algún problema al momento de separarse de nosotros, como llorar, gemir, aullar, orinar, defecar, destruir, dejar de comer, seguirnos por todas partes antes de irnos, o si los cambios de conducta anteriormente mencionados perdurarán, incluso después de varias semanas de la separación abrupta del ser querido, será necesario buscar la ayuda de un etólogo clínico.

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