Las reinfestaciones parasitarias son un problema que para su solución, deberán ser atacadas con dos objetivos fundamentales: la mascota y el ambiente en el que se desenvuelve.
Mvz. Samantha Hay-Parker, Technical Advisor Boehringer Ingelheim Animal Health
En la práctica veterinaria, es relativamente común el descontento de los propietarios por la “falta de eficacia” de los productos desparasitantes o de los protocolos de desparasitación. Es indispensable que, para disminuir esta insatisfacción, los veterinarios expliquen a los propietarios sobre los ciclos parasitarios y la contaminación ambiental. Por otro lado, el propietario debe dar detalles de los hábitos de la mascota, por ejemplo, la periodicidad de la desparasitación que ha llevado, el grado de riesgo (si sale o no a la calle), si ha sido llevado a una pensión o estética, el número de mascotas en casa y los posibles visitantes ajenos al hogar pero que pueden ser la fuente de contagio.
Infecciones y mascotas de alto riesgo
En las parasitosis intestinales, no todos los animales infestados van a presentar signos visibles de la enfermedad (diarrea, eliminación de parásitos adultos, vómito, etc). Algunos perros y gatos pueden ser menos susceptibles a la agresión de los parásitos, pero eso no significa que no tengan un grado de infestación severa y que continuamente se estén eliminando huevos de parásitos al ambiente.
A pesar de que muchas mascotas se consideran de alto riesgo -mascotas que tienen acceso fuera de casa, que van a estéticas, pensiones o guarderías, que tienen contacto con gatos visitantes, etc.- en ocasiones se deja pasar mucho tiempo entre una desparasitación y otra, lo que puede llevar a una parasitosis grave y contaminación del ambiente por los huevos de los parásitos.
Después de la desparasitación
Un perro o gato parasitado, estará eliminando continuamente huevos de parásitos al ambiente, estos huevos contaminan el suelo, muebles, objetos personales y reinfestan a la mascota. De aquí la importancia de hacer visitas periódicas al veterinario para que determine a través de un estudio microscópico de las heces del paciente, el grado de parasitación. Por supuesto en muchos casos esto podría omitirse si se lleva un protocolo de desparasitación mensual en el que se presupone que la mascota continuamente está siendo protegida.
Evitando reinfestaciones futuras
Cuando este tratamiento mensual no se lleva a cabo y la mascota presenta una parasitosis, el médico debe instaurar un protocolo de desparasitación dirigido a eliminar a los parásitos, pero también las reinfestaciones futuras producto de la contaminación con huevos de parásitos que ya se encuentran en el ambiente. Este protocolo va dirigido a todas las mascotas en casa que, aunque no presenten signos, seguramente se encuentran infestadas. De no llevarse a cabo un protocolo adecuado para eliminar los parásitos y la descontaminación ambiental, se van a presentar reinfestaciones continuas y será un ciclo de nunca acabar en donde se pone en riesgo a las mascotas y a la familia.
Un protocolo de descontaminación ambiental puede ser complicado y requiere de la adherencia a los tratamientos que pueden llegar a extenderse hasta por 8 a 10 semanas con frecuencias quincenales, más la limpieza y desinfección de las áreas en las que la mascota suele pasar tiempo y los objetos personales de la mascota como camas, ropa, cobijas, etc.
Tener un estrecho contacto con su veterinario y seguir al pie sus indicaciones, repercute positivamente en la calidad de vida de las mascotas y la familia.